Rusia y Corea del Norte firmaron un acuerdo de cooperación en materia de medios de comunicación que busca fortalecer sus lazos informativos y culturales. Según la embajada rusa en Pionyang, el pacto permitirá el intercambio de información entre medios estatales y privados, así como la organización de retransmisiones conjuntas. Este convenio fue rubricado por el Ministerio de Desarrollo Digital, Comunicaciones y Medios de Rusia y el Comité de Información de Corea del Norte, con el objetivo de ampliar la asociación bilateral y fomentar una cooperación “profunda y mutuamente beneficiosa”.
El acto de firma se realizó en la embajada norcoreana en Moscú y contó con la participación del viceministro ruso de Desarrollo Digital y el embajador norcoreano Sin Hong-chol. Ambas partes destacaron que este acuerdo constituye un paso importante para consolidar la amistad entre los dos países y promover una “interacción constructiva” en el ámbito mediático. La medida refleja también el interés mutuo por fortalecer su presencia y coordinación en el terreno de la comunicación internacional.
El contexto político en el que se produce este acuerdo es relevante. Desde el inicio de la guerra en Ucrania, el gobierno ruso ha intensificado su control sobre la prensa, cerrando medios independientes y promoviendo lo que denomina “periodismo patriótico”. Esto ha dejado al país casi sin voces críticas hacia el Kremlin, mientras que algunos medios han debido exiliarse para poder continuar operando. El acuerdo con Corea del Norte refuerza la tendencia de Moscú a acercarse a regímenes autoritarios con similares restricciones informativas.
Por su parte, Corea del Norte continúa con su retórica militar y política desafiante. En los últimos días, Pyongyang lanzó un nuevo misil balístico, provocando la condena de Washington y Seúl. El ministro de Defensa norcoreano, No Kwang Chol, acusó a Estados Unidos de aumentar las tensiones militares y advirtió que su país responderá con “más acciones ofensivas” ante lo que considera una amenaza directa a su seguridad.
El Comando Indo-Pacífico de Estados Unidos calificó el lanzamiento del misil como una acción desestabilizadora que pone en riesgo la seguridad regional. En respuesta, Washington anunció que mantiene estrechas consultas con sus aliados y socios, mientras que Corea del Sur exigió al Norte detener inmediatamente sus provocaciones. La situación incrementa la preocupación por una posible escalada en la península coreana.
En este contexto de tensiones internacionales, el pacto mediático entre Moscú y Pionyang adquiere un significado estratégico. Más allá de los intercambios informativos, el acuerdo podría servir como una herramienta de propaganda y apoyo político mutuo frente a las potencias occidentales. Rusia y Corea del Norte refuerzan así su alianza en un momento en que ambos enfrentan aislamiento y sanciones, utilizando la comunicación como un nuevo frente para consolidar su cooperación y proyectar una imagen unificada ante la comunidad internacional.

