Ismael Botina popular maestro Buchón, levanta su voz de protesta ante el pésimo servicio de comunicación celular que se registra de hace dos meses en las comunicaciones por celulares. Las llamadas no entran y cuando se logra conectar de repente se cae la comunicación. Se queda como como mal educado, porque inmediatamente le reclaman…porque me cuelgas. El mal de las comunicaciones en Pasto y en Nariño todos lo estamos sintiendo, pero, nadie se ha comedido a levantar su voz de protesta. Ni los jones gobernadores, ni los germanes alcaldes, ´peor, los concejales mudos, ni se diga de los diputados que andan en las nubes, peor nuestros congresistas. Y lo grabe de este asunto es que mientras el servicio de Claro y Movistar, está por los suelos, las facturas si llegan al mes y supremamente costosas. ¡! ¿Ahora, quien podrá defendernos?… alguien tiene que romper el silencio y reclamar ¡!
Por eso maestro Buchón, en su bicicleta Monark se fue hasta Bogotá, tanto buscar direcciones dio con el Ministerio de las Tic y allí se fue a quejar con la señora “Abudein”, la de los 70 mil millones de pesos.
“Señora Ministra Abudein, Yo, no vengo a refregarle el tema de los 70 mil millones embolatados de su despacho, Yo, vengo hablar a nombre del pueblo de Nariño por el pésimo servicio de las comunicaciones de celulares. Cada llamada se cae como por encanto, de un minuto que se logre conectar, la mitad permanece mudo. Señora Ministra Abudein, allá en Nariño no tenemos quien hable por nosotros. Esta falla viene sucediendo más de un mes, y ni los senadores, ni las Lilianas, ni las Teresitas, ni los Berners, ni los Felipes, ni los Gilbertos, han venido a reclamar. Ni el chiquito García, se ha comedido hablar por ese pueblo que viene pagando las facturas de los celulares como si el servicio fuera normal.
Por Dios, señora Ministra, deje de defenderse tanto de los 70 mil millones, háganos caso a los nariñenses y mande arreglar esa pendejada, que cada día es “peor que peor”.
Hace años, se instaló la Oficina de Defensa al Consumidor, con bombos y platillos dijeron que iba a ser la maravilla para reclamar buen servicio. Pasó el tiempo y esa dependencia no sirve para nada. Permanecen veinte minifaldas y jovencitos con pantalones rotos, mascando chicle, que no tienen idea de sus funciones. Esa oficina debe ser cuota de algún congresista porque se llenó de burocracia, no sirve para nada.
Increíble esta paciencia de un pueblo antes llamados los “Leones dormidos”, hoy, perros falderos que agachamos la cabeza.
Si la ministra de las Tic no soluciona esta infamia, tendremos que buscar ayuda del Uribe, del Petro, del Santo Padre, o de la “Toña”, porque hasta el momento, ninguna autoridad ha dicho esta boca es mía. Todos nos quejamos… ¡Que mal servicio…! pero hasta ahí llegamos.
Estamos jodidos… y votaremos por los mismos…
Por: Manuel Eraso.

