EDITORIAL

PROTECCION A NUESTROS INDÍGENAS

Nos parece preocupante en grado sumo la situación de nuestras comunidades indígenas, en especial las que hacen parte de la Unidad Indígena del Pueblo Awá de Tumaco, víctimas constantes de una violencia que no cesa.

El episodio ocurrido hace algunos días en la comunidad Inda Sabaleta, en desarrollo del cual fue asesinado un gobernador indígena y otros dos indígenas, nos muestra con aterradora claridad el calvario que se vive en estas comunidades, azotadas por los grupos alzados en armas.

Como si esto fuera poco en la ceremonia de honras fúnebres de las víctimas, consistentes según sus costumbres, en la armonización y siembra de los cuerpos, volvieron a hacer presencia los gestores de la violencia, quienes protagonizaron una balacera, como un claro intimidatorio a los integrantes de estas comunidades, duramente golpeadas a través de los tiempos.

Después de esta nueva y clara amenaza de muerte, en el acto en el que se les daba el último adiós a las más recientes víctimas, nos parece más que justificado el angustiado llamado que la Unidad Indígena del Pueblo Awá-Unipa hace al gobierno local, regional, nacionales, así como a las organizaciones internacionales para que se les haga un acompañamiento gubernamental.

En ese sentido, tenemos que decir que, de manera tradicional, a través de mucho tiempo, nuestras comunidades indígenas, en especial las de la costa pacífica, afrontan un abandono estatal, que, entre otras cosas, ha sido el campo abonado para que germinen en estos territorios, las semillas de la violencia, que hoy es el principal flagelo de esas regiones.

 

«Los dramáticos comunicados de la Unipa, pronunciamientos y llamados de ayuda, que vienen circulando a través de los diferentes medios de comunicación, requieren con urgencia que les atienda, como un elemental acto de defensa y protección de los Derechos Humanos de las comunidades indígenas».

 

Nos preocupa el acto intimidatorio del que hemos referencia, puesto que los antecedentes nos muestran que la seguridad para nuestras comunidades indígenas, al parecer solo se incrementa, cuando suceden episodios trágicos, como el que se acaba de presentar, pero lamentablemente, cuando pasa el escándalo, todo vuelve a la normalidad, lo que en este caso significa volver al abandono en detrimento de los indígenas.

Lo peor, es que, de acuerdo con las informaciones provenientes de la Unipa, ni siquiera este triple homicidio ha hecho que las autoridades redoblen sus procesos de acompañamiento a las comunidades de los cabildos, lo que supone, facilitó la nueva incursión armada, de los gestores de la violencia durante los ritos de despedida de las víctimas de la reciente masacre.

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En ese sentido, líderes indígenas como Rider Pai, dicen que si bien es cierto que en estos momentos en la zona hay presencia del Ejército Nacional, esto no es suficiente para garantizar la seguridad de la población civil, que en estos instantes se encuentra atemorizada, luego de la ocurrencia de la masacre.

Precisamente es pertinente el llamado que hace el consejero mayor de la Unipa, Rider Pai, para que no se les deje solos en estos instantes de tanto peligro para las comunidades indígenas. Se trata de una voz, que trata de llamar la atención de la Vicepresidencia d la República, la Gobernación de Nariño, la Alcaldía de Tumaco, la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría General de la Nación y a los organismos internacionales defensores de Derechos Humanos, para que no los dejen solos en esta defensa por la vida.

Los dramáticos comunicados de la Unipa, pronunciamientos y llamados de ayuda, que vienen circulando a través de los diferentes medios de comunicación, requieren con urgencia que les atienda, como un elemental acto de defensa y protección de los Derechos Humanos de las comunidades indígenas.

Esperamos entonces, una respuesta positiva de las diferentes autoridades y organismos, a favor de nuestros hermanos indígenas que tanto nos necesitan en estos momentos tan díficiles.