ALINA CONSTANZA SILVA

Promesas del presidente  Petro en Tumaco

En un contexto donde prometer es sencillo pero cumplir resulta desafiante, este gobierno ha sido caracterizado por sus palabras encantadoras y promesas que, al enfrentarse a la cruda realidad de Tumaco, parecen casi inviables.

La ilusión de pensar que los actores de violencia renunciarán voluntariamente a sus prácticas en una región donde las hectáreas de cultivos de coca han proliferado resulta, en el mejor de los casos, utópico. Colombia ha experimentado un alarmante aumento, pasando de 40 mil hectáreas de coca a liderar hoy 230 mil hectáreas de cultivos ilícitos, superando en diez veces la extensión de los cultivos en Bolivia.

En su pasada visita a Tumaco, hay una cierta desconexión entre las promesas gubernamentales y la realidad arraigada en la región. Queda patente que la transformación de Tumaco exige mucho más que discursos persuasivos, demanda acciones contundentes y sostenidas para abordar problemas estructurales como la violencia, la economía ilícita y la falta de industrias estables. En este escenario, la tarea de convertir estas promesas en hechos concretos se presenta como un desafío monumental, requiriendo no solo voluntad política, sino también estrategias eficaces y una comprensión profunda de la complejidad del contexto local, una situación de la que siempre se ha hablado y se ha prometido bellezas.

El presidente Petro propuso den Tumaco la transformación de la economía ilícita en una legal en la costa pacífica,  quiere  erradicar la producción de coca y construir paz mediante la generación de prosperidad económica. Pero lo importante es cómo lo va hacer, en una  región con una arraigada presencia del narcotráfico durante más de 50 años, donde la extorsión se presenta como uno de los problemas más graves, y la ausencia de industrias estables contribuye a la persistencia de la pobreza en la región.

El presidente reconoce la necesidad de un volcamiento del estado hacia el territorio, con inversiones financieras para cambiar el contexto y disuadir a los actores de violencia. No obstante, la presencia el estado siempre ha sido ausente con la falta de intervención contundente .

La propuesta de restituir cultivos es insuficiente y  se ve más como un gesto superficial que no aborda las raíces del problema. En lugar de disuadir la producción de cultivos ilícitos, se ha observado que algunas familias, lejos de abandonar la coca, aceptan el dinero ofrecido y continúan con sus actividades ilícitas. Lo más preocupante es que, en casos extremos, estas familias no solo ignoran la solicitud de no cultivar, sino que protestan activamente si se les impide hacerlo, en resumen  un auténtico fiasco.

Para lograr un cambio efectivo, se enfatiza la necesidad de educación como herramienta transformadora de mentalidades y se destaca la importancia de dar pasos gigantes para apoyar el sector empresarial, generando empleo y estabilidad laboral, es decir recurrir a los empresarios privados que tan lapidados ha sido por este gobierno.

Dentro del paquete de promesas de Gustavo Petro se encuentra la mejora de la conectividad en la costa, sin embargo, la realidad presenta desafíos sustanciales que deben ser abordados con realismo. La propuesta de utilizar fibra óptica para la conectividad enfrenta obstáculos significativos, ya que la única vía disponible con postes implica riesgos constantes de robos de cables, generando la necesidad de un mantenimiento continuo y costoso.

La alternativa satelital, aunque potencialmente viable, se presenta como más complicada. Expertos señalan que la limitada capacidad de Internet resultante de este enfoque podría traducirse en un servicio más precario para los usuarios. Además, los costos asociados con la implementación y mantenimiento de infraestructuras satelitales plantean interrogantes sobre la sostenibilidad financiera de esta opción.

En resumen, La reciente visita del presidente Gustavo Petro al litoral nariñense ha generado todo tipo de reacciones derivadas de los anuncios hechos frente a como reunificar los derechos que históricamente le han sido negados a esa parte del litoral colombiano.

Para nadie es un secreto las inmensas dificultades que ha tenido que soportar esa querida región nariñense.

Del atraso, olvidó y marginamiento todos somos responsables.

Petro durante su presencia en el lugar hizo varios anuncios que de llegarse a cumplir sería el punto de partida al futuro que todos soñamos que sea Tumaco. Pero si somos realistas estas promesas  las hemos escuchado en tiempos recientes y ojalá los anuncios hechos por Petro sean una realidad y no una frustración más