Luis Eduardo Solarte Pastás

PROFES-ABOGADOS: ALMAS QUE LLEVA EL DIABLO

Por: Luis Eduardo Solarte Pastás

Según lo explica el tratadista Jairo Parra Quijano en su libro intitulado las Facultades de Derecho por Dentro, en Colombia sólo merecen el título de profesores universitarios, quienes obedeciendo a íntima vocación y sacrificando bienestar personal, se han dedicado desde su juventud exclusivamente a la noble tarea de aprender para enseñar en nuestras universidades.

La mayor parte de los profesores, agrega,  de que disponen nuestros máximos centros de enseñanza y más concretamente las Facultades de Derecho, no ha hecho estudios pedagógicos, sino que lo practican  accesoriamente, a veces como un mero complemento económico y otras por prestigio personal.

Y, además,  Parra Quijano, sostiene, que el abogado que enseña en las universidades en los ratos libres que le deja la profesión no puede llenar la misión de enseñar, muchas veces por falta de vocación, por falta de estímulo, y porque es imposible exigirle que sacrifique su propia subsistencia por una hora cátedra que a lo sumo le reportará económicamente una pírrica suma de dinero.

Y, en consecuencia, el autor en comento expresa, que ante la perspectiva de un nuevo juicio y  la cátedra, el abogado profesor tiene que optar por sacrificar la cátedra aunque le interese más, pero que en razón de su poca retribución no le permite una subsistencia decorosa.

He querido traer a colasión lo anterior en virtud del alto grado de inconformismo y malestar que se viene gestando en los estudiantes de las Facultades de Derecho de las Universidades públicas y privadas que funcionan en Pasto, a raíz de la manera antipedagógica que tienen ciertos “profesores” abogados que han sido contratados dizque para “enseñar”  las diferentes asignaturas que conforman el currículo académico en derecho.

Pues, resulta que algunos “docentes”  abogados  que laboran en esos centros de educación superior están tomando su labor como un hobby  y más no como la gran responsabilidad que les compete y les ha sido entregada de formar abogados  humanistas y no codigueros, y, tal vez, a quienes en el futuro no muy lejano sean los encargados de administrar justicia en un país  en donde la impunidad día tras día se acrecienta porque la pronta y efectiva justicia parece ser a estas alturas un simple palabra y nada más.

Muchos estudiantes se están quejando que ciertos “profesores”,  a más de no saber impartir conocimientos, incumplen los horarios de clases debido al “viacrucis” que realizan. Esto es, que como trabajan en distintas universidades que tienen Facultades de Derecho en las mismas  jornadas (mañana, tarde y noche),  les toca andar a las carreras, como “almas que lleva el diablo” y por eso no tienen el suficiente tiempo para preparar sus clases y todo lo hacen superficialmente.

Frente a esa problemática que está ocurriendo en las facultades de derecho de las universidades de Pasto, bueno sería que sus directivas no sean tan complacientes y no continúen contratando “profesores” abogados que no sirven y que ojalá que “la selección de los docentes universitarios se lleve a cabo partiendo, primero de la vocación, de las facultades didácticas, de la facilidad de expresión, de su amor a la investigación, después de los conocimientos, porque es más fácil hacer un sabio de una persona que siente amor por el profesorado, que de un sabio, sin vocación, un profesor mediano”

solarpastas@hotmail.com