La decisión de la escritora colombiana Laura Restrepo de retirarse del Hay Festival 2026, que se realizará a finales de enero en Cartagena, desató una intensa controversia política y cultural en Colombia y la región. Restrepo anunció que no participará en el evento como forma de protesta frente a la invitación cursada por los organizadores del festival a la líder opositora venezolana María Corina Machado, figura central del debate político en Venezuela y reconocida internacionalmente.
A la postura de Laura Restrepo se sumaron otros escritores, entre ellos Giuseppe Caputo y Mikaelah Drullard, quienes también declinaron su participación en el festival en señal de desacuerdo con la presencia de Machado. Este retiro colectivo evidenció un malestar dentro de un sector del ámbito intelectual que considera que la invitación politiza el evento y legitima posturas que respaldan estrategias de presión internacional contra el gobierno venezolano.
El presidente Gustavo Petro intervino públicamente en la controversia a través de un mensaje publicado en su cuenta de la red social X, en el que expresó un fuerte respaldo a la escritora colombiana. Petro destacó la trayectoria literaria de Restrepo y la calificó como “una de las más brillantes escritoras de América Latina”. Además, afirmó que su rechazo a lo que considera una “invasión” o intervención extranjera refleja una postura coherente con el pensamiento latinoamericano, lo que —según el mandatario— engrandece su decisión.
El pronunciamiento presidencial fue más allá del respaldo personal y se convirtió en una crítica política más amplia. Petro lamentó que “parte de la intelectualidad jurídica de Colombia haya terminado defendiendo paramilitares e invasiones”, una afirmación que intensificó el debate y generó reacciones encontradas en redes sociales y círculos académicos, al mezclar el debate cultural con posiciones políticas e ideológicas.
La presencia de María Corina Machado en el Hay Festival 2026 es el eje central de la polémica. Diversos sectores cuestionan su invitación debido a su postura política y a su respaldo a la estrategia de presión internacional liderada por Estados Unidos contra el gobierno venezolano, particularmente en el Caribe y el Pacífico. Críticos de Machado señalan que estas acciones han estado acompañadas de violaciones a los derechos humanos y ejecuciones extrajudiciales, lo que hace incompatible su presencia en un festival literario que promueve el diálogo, la diversidad y la reflexión cultural.
El mensaje de Petro respondió directamente a una publicación del precandidato presidencial Abelardo de la Espriella, quien, aunque respaldó la decisión de Laura Restrepo de no asistir al festival, lanzó una dura crítica contra la autora. De la Espriella cuestionó su trayectoria literaria y la acusó de ser una “activista disfrazada de escritora para avalar dictaduras”, comentario que avivó aún más la confrontación pública y polarizó el debate.
Este episodio ha reabierto una discusión de fondo sobre los límites entre la literatura y la política, así como sobre la responsabilidad de los grandes festivales culturales al invitar figuras con alto perfil político e ideológico. Para algunos, el Hay Festival debe ser un espacio plural donde confluyan todas las voces; para otros, la inclusión de determinadas figuras convierte el evento en una plataforma política y compromete su carácter cultural.
En síntesis, la renuncia de Laura Restrepo y otros escritores al Hay Festival 2026, el respaldo explícito del presidente Petro y la controversia alrededor de María Corina Machado reflejan la profunda polarización política que atraviesa la región y muestran cómo los escenarios culturales se han convertido también en espacios de disputa ideológica y simbólica.

