Mauricio Muñoz.

La muerte de la política

Días después de los comicios regionales, la reflexión que estos me merecen es que hacer una política sana es imposible, y puntualmente me refiero a las elecciones de los órganos colegiados en donde, si no se tiene plata, o padrino político, se ha convertido en un imposible llegar a ostentar un cargo de elección popular.

Para la muestra, revisemos el tema del concejo municipal de Pasto, las votaciones más altas son indefendibles, investigaciones, denuncias, padrinazgos hasta el hartazgo, presiones a funcionarios y demás están a la orden del día, y esto impide una verdadera renovación en el concejo, no me explico cómo personas repelentes y autoritarias logran votaciones que superan los 3 mil sufragios? Recordemos que estos personajes, fueron los que conformaban la coalición mayoritaria en el Concejo de Pasto y mandaban a silenciar los micrófonos de la oposición cuando lo que decían en el recinto no era de su conveniencia.

Es que detrás de sus caras amables y sus fotos con menores de edad, que eran subidas por todas las redes sociales, desconociendo los pronunciamientos que ha hecho la Unicef al respecto de estas fotos, se escoden personas que les gusta el poder y lo logran obtener a toda costa, ayer hacían parte del comité de aplausos del impávido Chamorro, mañana estarán detrás del nuevo alcalde para que no los deje sin su tajada, su actitud camaleónica es impresionante, de eso que no les quepa la menor duda.

Ahora en la Asamblea Departamental de Nariño el panorama es peor, esas exorbitantes cifras que rayan los 25 mil y 30 mil sufragios no vienen gratis, por allí hay un conservador disfrazado de liberal a quien se le heredo la votación de una Representante a la Cámara que no habla ni para contestar a lista, así de triste es el panorama de nuestros dirigentes.

En las toldas azules, las votaciones fueron impulsadas por las mismas varonesas de siempre, las que a pesar de todo el daño que le han hecho al departamento, quieren seguir mandando en Nariño, y eso sí, llegarán a la Duma Departamental con la duda sobre la forma como desarrollaron sus anteriores cargos, situación que para algunos, los tiene inmersos en investigaciones, pues no son ningunos adalides del pueblo, por el contrario, siempre han actuado defendiendo sus propios intereses.

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Un aparte particular si me merece la elección de Alcalde de Pasto, en donde se dio una lección a quienes quieren perpetuarse en el poder a como dé lugar, extraño resultado fue el que se obtuvo allí, pues el candidato Mario Enríquez que había sido avalado por más de 100 mil firmas, y así lo decía su publicidad, no pudo llegar a las  46mil votos, entonces ¿Dónde se quedaron los 54 mil pastusos que faltan para llegar a la cifra redonda de los 100 mil apoyos?. ¿Sera acaso que si era verdad que esas firmas no eran tan libres como se mencionaba a diestra y siniestra en el municipio?

La política sana a muerto y esto es culpa del candidato que ofrece, y del electorado que acepta, y se remata con el “todos comen callados”, si los entes de control realmente trabajaran, estas elecciones tendrían otros resultados, pues han tomado el poder, en varios casos, los que pagan para llegar, ustedes ya saben cómo completar la frase.