Los presidentes Gustavo Petro, de Colombia, y Nicolás Maduro, de Venezuela, aparecen entre los mandatarios con mayores niveles de desaprobación a escala continental, de acuerdo con recientes mediciones de percepción ciudadana que evalúan la imagen de los gobiernos latinoamericanos frente a la comunidad internacional, especialmente ante Estados Unidos.
En el caso colombiano, la desaprobación hacia el gobierno de Petro se asocia a la preocupación por el rumbo económico, la persistencia de problemas de seguridad y la dificultad para concretar reformas estructurales prometidas. Aunque el mandatario mantiene un respaldo sólido en algunos sectores sociales, el desgaste político ha incrementado la distancia con una parte significativa de la opinión pública.
Por su parte, el gobierno de Nicolás Maduro continúa enfrentando uno de los niveles más altos de rechazo en la región. Las restricciones políticas, la prolongada crisis económica y el aislamiento diplomático han profundizado la percepción negativa sobre la gestión venezolana, tanto dentro como fuera del país.
Analistas señalan que estos resultados reflejan una tendencia regional en la que los gobiernos con discursos confrontacionales o con dificultades para mostrar resultados económicos sostenidos enfrentan una evaluación más severa. Además, la relación con Estados Unidos y el manejo de temas como derechos humanos, estabilidad institucional y crecimiento económico influyen directamente en estas mediciones.
El panorama evidencia que la desaprobación no solo responde a coyunturas internas, sino también a la manera en que cada país es percibido en el escenario internacional. En ese contexto, Colombia y Venezuela aparecen como casos contrastantes en sus modelos políticos, pero coincidentes en el desafío de recuperar confianza y credibilidad.
Expertos advierten que estos niveles de desaprobación pueden tener efectos en la inversión extranjera, la cooperación internacional y el margen de maniobra diplomática de ambos gobiernos durante el próximo año.

