Los resultados de las elecciones legislativas y consulta presidencial nos indican la tendencia que se ha venido marcando por las encuestas (teniendo en cuenta que estás solo indican el momento). Sin embargo, la tendencia se hizo realidad. Gustavo Petro volvió a arrasar en toda Colombia, convirtiéndose en el palo político de estas elecciones. Eso mismo fue lo que permitió arrastrar 16 senadores y 25 representantes a la Cámara, convirtiéndose en la primera fuerza política del país.
La verdad sea dicha, a Petro no le han resultado tan fáciles las cosas. Ha tenido que capotear con todo tipo de situaciones que le plantean. Encontrarse con un candidato a la presidencia cómo Fico Gutiérrez que basa su campaña en agravios a Petro; periodistas ponzoñosos que buscan hacerle la caída con preguntas insidiosas. Pero también, cuando volvieron con la campaña soterrada de que Petro volvería a Colombia otra Venezuela. Otro tanto lo hace Peñalosa, que basó su campaña en comparar lo que hizo Petro con la de él. Todos buscan hacerse visibles a costilla de la difamación del candidato del Pacto.
Es decir, es un ataque de todos contra Petro, pero Petro ha sabido, no solo capotear con estos cornudos, sino revertir a su favor; de ahí que entre más hablen mal del candidato, tanto mejor; que lo ignoren sería grave.
Ahora bien, una vez se ha confirmado su candidatura, las baterías se enfilan para el ataque más feroz que se conozca en la historia de la política electoral. Las élites que han gobernado por más de 210 años no se van a dejar arrebatar el poder de la manera más diplomática que lo hace el candidato de del pueblo. Desde ya se empieza a ver movimiento de peones y de alfiles para atajar a Petro mediante la propaganda del miedo, al mejor estilo de Joseph Goebels, el ministro de propaganda de Adolfo Hitler. Y claro, la repetición de la repetidera, finalmente, va calando en las conciencias de los ciudadanos de algún sector de la población; igual que una mentira dicha varias veces se convierte en verdad.
Por su parte Petro utilizará una frase bíblica que dice «la palabra amable aplaca la ira.» Y poco a poco irá mostrando su rostro amable y diplomático, por más insultos, difamaciones y memes calumniosos le hagan en las redes. El candidato del progresismo ha sabido capitalizar muy bien la influencia e impacto de las redes sociales: sus transmisiones en directo llegan a miles de personas, cosa que no sucede con sus similares. Petro es como un Gaitán para su tiempo, pero sabiendo interpretar el momento.
También es muy cierto que el progresismo en Colombia no puede llegar solo. En este caso no puede haber pureza. Tiene que aliarse con el Partido Liberal, con sectores conservadores, con la Alianza Verde, con todos, menos con los corruptos, como lo afirmara el mismo Petro.
Estamos adportas de un nuevo día en Colombia. No será el país de las maravillas, pues llevará muchos años en consolidarse la sustitución del petróleo por energías alternativas, el metro de Bogotá y tantos programas ambiciosos. El general Gustavo Rojas Pinilla construyó mega obras en cuatro años de gobierno, también lo puede hacer Gustavo Petro.
Por: Aníbal Arévalo Rosero

