Azul Rojas Marín, mujer trans peruana, logró que tres policías fueran condenados a 17 años de prisión por tortura agravada y abuso sexual, casi 18 años después de los hechos. La sentencia, dictada por el Tercer Juzgado Penal Colegiado Nacional de Perú en diciembre de 2025, representa un hito histórico en el país, al ser la primera condena de este tipo relacionada con violaciones a los derechos de personas de la comunidad LGBTI.
El caso tiene su origen el 25 de febrero de 2008, cuando Azul, entonces un hombre homosexual de 27 años, regresaba a su hogar en Casa Grande, región de La Libertad. Según el relato de la víctima, fue abordada por varios policías, obligada a subir a un vehículo oficial y llevada a una comisaría donde sufrió tortura y abuso sexual.
Tras años de impunidad y un caso inicialmente archivado, la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió en 2020 un fallo que ordenaba reabrir la investigación y responsabilizaba al Estado peruano por violaciones de derechos humanos, marcando un precedente en la región.
A pesar de la sentencia condenatoria, Azul expresó a BBC Mundo que la decisión judicial no representa una reparación completa: “No ha sido una reparación concreta, porque ellos siguen libres gracias al descuido del Estado, que debió solicitar prisión preventiva antes del juicio”. La BBC intentó confirmar con el Instituto Nacional Penitenciario de Perú (INPE) si los agentes condenados habían sido detenidos, pero no obtuvo respuesta inmediata.
Azul recordó que, en el momento de los hechos, se dedicaba a la crianza de cerdos en la chacra familiar de la comunidad rural de Lache, y que su denuncia inicial fue ignorada, lo que dio inicio a una larga lucha legal dentro y fuera del país. La condena marca un paso importante hacia la justicia para víctimas de violencia institucional, pero también evidencia los desafíos que persisten para garantizar la plena rendición de cuentas en Perú.
