El mundo que actualmente vivimos envuelto en una sociedad insensata donde se han perdido aquellos principios de conciencia para reconocer que como seres humanos estamos sujetos a cometer errores, a veces de manera involuntaria o mal intencionada y lo que es peor, cuando parece muy difícil aceptar que nos equivocamos.
Y si se habla de ofensas y perdón, lo primero para muchos es como tan fácil hacerlo, mientras que pedir perdón se lo ubica en el plano de lo imposible y por eso se pierden amistades y si es en familia ah… complicado que se torna y algunos se atreven a decir: “perdono pero no olvido”.- que viene siendo figurativamente seguir con la herida sangrante.-
El perdón también es de los valores que debe cultivar la gente, más cuando situaciones de violencia que en este tiempo se acentúan por las ansias de poder, de poseer,de dominar y todo lo que pinta un panorama de zozobra y de miedo. Ese ambiente de desamor que ha llevado odio y destrucción, ha sido reforzado por un clima de intolerancia donde se hace difícil aceptar, comprender y perdonar que ha llegado lastimosamente a la familia.
En el tratado de familia y sociedad se manifiesta que la incapacidad para el perdón ha llevado a las familias a desuniones, divorcios, abandono y dolor. Allí surge de manera determinante la necesidad del perdón para reconstruir la vida familiar. Se dice que sólo los corazones reconciliados son capaces de vencer todas las dificultades.-
La recomendación para todo tiempo pero más en estos días en donde luego de tantas reflexiones y ejemplos de una vida plena de paz en el alma, se hace necesario practicar el arte del perdón para no soportar el peso de los propios errores, ni el de los demás. Hay que perdonar sin límites y se puede deducir que en la medida en que se perdone, se podrá también ser perdonado.
Para los maestros o guías espirituales, en la vida el perdón debe convertirse en una práctica permanente y sostienen que muchos han pasado por la maravillosa experiencia de dar y recibir el perdón, advirtiendo que a veces no resulta fácil y que hay personas a las que les cuesta más que a otras. Pues dentro del ser humano también se encuentran pasiones contrarias como el orgullo , la soberbia, enemigas del perdón.
Está demostrado que sin perdón no hay felicidad. Disfrutemos del hoy sin amarguras, sin rencor caminando de la Mano del Señor, viéndonos a nosotros mismos con humildad y estando siempre dispuestos en ponernos a paz y salvo con los demás. SÍ…al arte de perdonar.

