Según reportes de medios rusos publicados el 6 de octubre de 2025, las ventas de pelucas de vello púbico han aumentado un 300% en los últimos meses, impulsadas por una campaña en redes sociales que celebra el «movimiento natural» contra los estándares de belleza depilados.
Estas pelucas, fabricadas con fibras sintéticas realistas en tonos y texturas variadas, se venden en tiendas en línea especializadas y marketplaces como Wildberries y Ozon, con precios que oscilan entre 500 y 2.000 rublos (aprox. 5-20 USD). El fenómeno surgió de influencers de belleza que argumentan que restauran la «autenticidad» post-depilación, especialmente entre millennials y Gen Z preocupados por la autoimagen.
Expertas en psicología, como la Dra. Irina Petrova de la Universidad de Moscú, lo atribuyen a una reacción contra la presión de las redes, similar al auge de las cejas sin depilar. Sin embargo, no todo es positivo: críticos señalan riesgos higiénicos y estigmatización, mientras que autoridades sanitarias investigan si cumplen regulaciones cosméticas. Una compradora anónima compartió: «Me hace sentir libre, como si volviera a mis raíces». Este quirky trend ha cruzado fronteras, con menciones en foros globales, posicionando a Rusia como epicentro de modas corporales excéntricas.