El evangelista san Lucas nos habla este domingo de la radicalidad que implica seguir a Jesús (Cf. Lc 12,39-42). Aparecen expresiones que nos pueden parecer fuertes y hasta paradójicas en labios del Señor: fuego, división. ¿De qué nos está hablando el Señor?
1. Jesús es Príncipe de paz
Al referirse a este Evangelio Benedicto XVI recuerda que «Quien conozca, aunque sea mínimamente, el evangelio de Cristo, sabe que es un mensaje de paz por excelencia».
Lo primero que nos debe quedar claro es que Jesús es fundamentalmente portador de un mensaje de paz; eso sí, no una paz como la da el mundo, lo ha dicho Él mismo. No es que Jesús esté invitando a la agresividad o la violencia. Con fuego y división Jesús nos quiere decir algo más.
2. Una paz combativa
La paz que Jesús trae no es indiferencia sino toma de posición. Pero no política, ni ideológica. Es una postura evangélica que se dispone a combatir, sí, combatir, pero al mal.
En este sentido, Benedicto XVI explica que «Esta expresión de Cristo significa que la paz que vino a traer no es sinónimo de simple ausencia de conflictos. Al contrario, la paz de Jesús es fruto de una lucha constante contra el mal».
Ese combate es antes que nada espiritual, donde tienen origen los males que nos afectan. Concluye que «Quien quiera resistir a este enemigo permaneciendo fiel a Dios y al bien, debe afrontar necesariamente incomprensiones y a veces auténticas persecuciones». De ese fuego nos habla el Señor.
3. Una paz que pide decisión
Hoy se quiere imponer la idea de que los principios, convicciones y valores religiosos deben permanecer en el ámbito de lo privado. Sin embargo, cuando Jesús habla del impacto que tiene seguirlo es claro: optar por Él puede llevar a no ser comprendido, incluso muchas veces por las personas más cercanas.
No podemos llamarnos discípulos de Jesús si no nos decidimos con firmeza a apropiarnos sus enseñanzas, a ponernos siempre de parte de la verdad. Ni siquiera los afectos más válidos pueden estar por encima de Jesús, cuando en estos círculos se nos piden actitudes, palabras o actos contrarios con el Evangelio.
Citamos otra al Papa Emérito Benedicto XVI que al referirse a la paz que invita Jesús nos dice que no se trata «de una paz inconsistente y aparente, sino real, buscada con valentía y tenacidad en el esfuerzo diario por vencer el mal con el bien (cf. Rm 12, 21) y pagando personalmente el precio que esto implica». Este es el tipo de división que menciona Jesús.
Que el fuego del amor y del Evangelio nos animen todos los días a comprometernos con el Señor.
Por: Mons. Juan Carlos Cárdenas Toro

