Lamentablemente el proyecto de Paz Total del señor presidente de la República, Gustavo Petro, se estanca cada vez, como se puede ver en los acontecimientos de violencia, registrados en las últimas horas en los departamentos del Valle del Cauca, Cauca y Nariño.
Nos referimos a una situación que nos duele, puesto que muy bien sabemos la falta que a nuestro país le hace falta la paz, luego de más de 6 décadas de conflicto armado. En ese sentido, aunque no podemos desconocer la histórica importancia que tuvo para la pacificación de Colombia, la firma hace 7 años del Acuerdo de Paz, entre el Gobierno Nacional en ese entonces en cabeza de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Farc, hoy vemos como las grandes esperanzas que se tenían en torno a ese proceso no han respondido a las expectativas que se tenían.
Precisamente, son las disidencias de las Farc, las que, en estos momentos, tienen en jaque al país con sus acciones de violencia, las que se incrementaron, con la decisión del Gobierno Nacional de suspender el cese al fuego en los departamentos de Nariño, Valle del Cauca y Cauca, escenario de los recientes atentados, en el marco de los cuales, una de las máximas preocupaciones, lo constituyó el hecho de que se pusiera en riesgo a la población civil.
Tenemos entonces, que desde la posesión del presidente Gustavo Petro, las masacres, asesinatos, secuestros y extorsiones y toda clase de hechos punibles, han estado a la orden del día, sin que exista una claridad, sobre quiénes son los directos responsables de estos actos de violencia. De allí, que el proceso de la Paz Total, esté convertido en un galimatías, donde por ninguna parte aparece el camino que nos conduzca con justicia social y equidad, a la paz que tanto anhelamos.
Por lo pronto habría que decir que ante la delicada crisis que se afronta en el marco del proceso de paz que se tiene con las disidencias de las Farc, una lucecita de esperanza empezó a brillar al final del túnel, puesto que las delegaciones del Gobierno Nacional y el Estado Mayor Central de las Farc-Ep, se acaban de reunir en San Vicente del Caguán, en el departamento del Caquetá, donde el acuerdo más importante fue que se retomarán los diálogos y reiterar los compromisos que se adquirieron en la instalación de la mesa en septiembre del año anterior, sobre el cese al fuego y el respeto a la población civil.
Por el bien del país, esperamos que, en este caótico intento de la paz total, se comiencen a ver resultados concretos, puesto que, hasta el momento, todo lo que hemos visto es confusión y un inquietante fortalecimiento de los grupos armados ilegales.
De allí nuestro título de “La paz ¿por dónde?, puesto que hasta el momento no se ven las puertas que nos lleven al gran anhelo de millones de colombianos.
En efecto, la firma del acuerdo, entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las Farc-Ep, creímos que por fin íbamos a empezar a disfrutar de la paz, que iba a cambiar nuestra historia. Pero, hoy con mucha decepción nos damos cuenta que la violencia que azota a nuestro país, no se limitaba al enfrentamiento de décadas que esa guerrilla mantenía con el Gobierno Nacional, sino que en la misma están involucrados otros actores, no menos peligrosos como lo son la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional Eln, las organizaciones paramilitares, los grupos armados ilegales que actúan bajo la bandera del narcotráfico y la delincuencia común. Ese es nuestro oscuro panorama respecto a la paz.

