Este miércoles 18 de junio, Paul McCartney cumple 83 años y su influencia en la historia de la música sigue tan vigente como siempre. Si bien su compromiso con el medioambiente, el veganismo y la literatura infantil ha sido notable, su mayor legado permanece en las canciones que definieron a toda una generación. Hoy celebramos su vida repasando sus obras más emblemáticas dentro de The Beatles.
Melodías que marcaron una época
A lo largo de la década de 1960, Paul firmó algunas de las canciones más queridas del repertorio beatle. Entre ellas destaca Yesterday, un tema profundamente melódico que grabó solo con su guitarra y un cuarteto de cuerdas, marcando un antes y un después en la producción pop.
Otra joya imprescindible es Hey Jude, escrita como un consuelo para Julian Lennon tras la separación de sus padres. Con su icónico coro repetitivo, es uno de los sencillos más largos en liderar las listas de éxitos en ambos lados del Atlántico.
También se cuentan entre sus obras memorables Blackbird, una canción delicada e íntima inspirada en los derechos civiles en Estados Unidos, y Let It Be, que nació de un sueño con su madre y se convirtió en un himno universal de consuelo.
Inventiva y versatilidad
Además de las baladas, McCartney aportó piezas arriesgadas como Helter Skelter, que anticipó el sonido del rock pesado, y Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, con la que ayudó a transformar la noción del álbum como obra conceptual.
Su versatilidad quedó patente en composiciones como Penny Lane, donde describió su infancia en Liverpool con arreglos barrocos y detalles sonoros tan cinematográficos como nostálgicos.
Un legado sin fecha de caducidad
McCartney no solo fue coautor de muchas canciones junto a Lennon, sino que imprimió su estilo en cada producción. Su voz, su bajo melódico y su capacidad de experimentación siguen inspirando a músicos de todo el mundo. A 83 años de su nacimiento, sus canciones con The Beatles siguen vivas en cada rincón del planeta.