El veterano mandatario Paul Biya, de 92 años, ha sido reelegido como presidente de Camerún tras obtener cerca del 54 % de los votos en las elecciones celebradas el pasado fin de semana. Biya, quien gobierna desde 1982, extenderá su mandato por siete años más, consolidando así uno de los gobiernos más longevos del mundo.
La Corte Constitucional del país declaró válidos los resultados oficiales, pese a las denuncias de fraude y manipulación electoral presentadas por la oposición. Diversos candidatos opositores han cuestionado la transparencia del proceso, alegando irregularidades en el conteo y dificultades para acceder a los centros de votación en algunas regiones del norte y oeste del país.
En las principales ciudades, como Yaundé y Duala, se registraron manifestaciones y enfrentamientos entre simpatizantes del gobierno y grupos opositores, aunque el ejército logró restablecer el orden en las zonas más conflictivas. Analistas políticos advierten que esta reelección podría agravar las tensiones internas, especialmente en las regiones anglófonas del país, donde se mantienen conflictos separatistas desde hace años.
Biya, conocido por su estilo reservado y su férreo control sobre las instituciones, ha prometido enfocar su nuevo mandato en la “unidad nacional” y la “estabilidad económica”. Sin embargo, la población muestra creciente descontento por el alto costo de vida, el desempleo juvenil y los problemas de seguridad. Su victoria reafirma el papel dominante del gobernante Movimiento Democrático del Pueblo Camerunés, pero deja abierta la pregunta sobre la futura transición de poder en un país que lleva más de cuatro décadas bajo la misma dirección política.