Alberto Quijano, director.

Pasto tendrá el telescopio más potente de Colombia

En un paso trascendental para la ciencia y la educación en Colombia, la Universidad de Nariño ha iniciado el proceso de adquisición del telescopio más grande del país, un instrumento óptico de última generación con un metro de diámetro, que será diseñado y fabricado en Estados Unidos. Así lo confirmó Alberto Quijano Vodniza, director del Observatorio Astronómico de la institución y uno de los principales impulsores del proyecto.

Esta iniciativa, aprobada en marzo de 2022 por el OCAD del Pacífico – Oficina de Regalías de Colombia, contempla una inversión cercana a los 27 mil millones de pesos, destinada a la construcción e importación de equipos especializados. Su propósito es posicionar a la Universidad de Nariño como un referente en investigación astronómica en América Latina, contribuyendo significativamente al estudio de cuerpos celestes como asteroides y cometas que podrían representar un riesgo potencial para la Tierra.

Observar

“El telescopio que estamos gestionando nos permitirá observar con mayor precisión objetos del sistema solar y del espacio profundo. Será una herramienta fundamental para el desarrollo de nuevas investigaciones científicas, además de fortalecer la colaboración con instituciones internacionales, incluyendo a la NASA”, afirmó Quijano Vodniza.

El proyecto va más allá de la simple adquisición de un telescopio. Contempla también la construcción de un moderno planetario, que funcionará como un espacio de divulgación y educación científica para estudiantes, docentes y la comunidad en general. Con estas infraestructuras, la Universidad de Nariño pretende estimular el interés por la astronomía entre niños y jóvenes, formando futuras generaciones de científicos.

“Estamos convencidos de que este es un paso decisivo para el avance de la ciencia en Colombia. Tener un telescopio de esta envergadura no solo es un orgullo, sino una enorme responsabilidad. Significa también un compromiso con el conocimiento, la investigación y la formación académica de calidad”, destacó Quijano.

Seguimiento

El nuevo telescopio permitirá hacer seguimiento detallado a cuerpos celestes que podrían representar un riesgo para la Tierra, alineando a la Universidad de Nariño con los objetivos científicos internacionales en materia de defensa planetaria. Asimismo, abrirá la puerta a investigaciones conjuntas con expertos de todo el mundo y a la participación activa en programas globales de monitoreo del espacio.

La Universidad de Nariño ya cuenta con una sólida trayectoria en el campo de la astronomía, y su Observatorio ha participado en diversas campañas de observación y conferencias internacionales. Sin embargo, la llegada de este telescopio marcará un antes y un después. Su tamaño el mayor en el país le permitirá captar imágenes más detalladas del cosmos y obtener datos cruciales para proyectos científicos de alto nivel.

Crecimiento

Además, el planetario previsto como parte del proyecto ofrecerá funciones didácticas y recreativas, y será una plataforma de encuentro entre la ciencia y la sociedad. Estará dotado de tecnología de punta, con simulaciones del universo en tiempo real y programas interactivos para públicos de todas las edades.

Este ambicioso plan no solo refleja el crecimiento de la Universidad de Nariño, sino también el compromiso de Colombia con el desarrollo científico y tecnológico. En un contexto global donde el conocimiento del universo es clave para comprender fenómenos como el cambio climático, la evolución planetaria y la exploración espacial, contar con instalaciones de este tipo en el país representa un hito significativo.

“El conocimiento del universo debe estar al alcance de todos. Nuestro objetivo es democratizar la astronomía y sembrar en las nuevas generaciones la pasión por explorar el cosmos. Con este telescopio y el planetario, abrimos una ventana al infinito para toda la región”, concluyó Quijano Vodniza.

La Universidad de Nariño espera concretar la adquisición del telescopio. Con estas acciones, el suroccidente colombiano se perfila como un nuevo epicentro del conocimiento astronómico en América Latina.