Lo que comenzó como un síntoma de molestia en la ciudadanía pastusa, se ha ido tornando, poco a poco, en una gran muestra de satisfacción por los resultados obtenidos.
Atreverse por parte de un burgomaestre a intervenir las principales calles de una ciudad no es fácil. Implica descontentos, comentarios adversos, oposición y hasta amenazas. Pero, por encima de ello se encuentra la responsabilidad de un alcalde de hacer lo que se tiene que hacer por encima de conceptos tan importantes como popularidad o aceptación.
Nuestra ciudad requería una verdadera intervención, no únicamente unos simples y sencillos maquillajes urbanísticos que en poco tiempo se desdibujaban volviendo a su estado inicial. Después de grandes inversiones y de un valioso tiempo invertido las calles retornaban a un estado de deterioro y desgaste prematuro
Lo que hoy vemos, pese a las molestias ciudadanas, es un trabajo serio y comprometido de un mandatario que entiende la necesidad y prioridad de poner por encima de intereses personales el bienestar y tranquilidad de toda una ciudadanía.
Personalmente valoro esa actuación y me permito expresar en nombre de muchos pastusos un público agradecimiento al doctor Germán Chamorro De La Rosa por dejar un legado para la posteridad.
Además ya era hora de intervenir esas viejas calles en materia de asfalto y alcantarillado. Pasto ha crecido considerablemente en los últimos años y era de carácter impostergable la iniciación de una obra de esta envergadura. Muchas veces esperamos la llegada de las tragedias invernales para tomar las medidas pertinentes, en esta ocasión vemos con satisfacción que nos adelantamos a los hechos al adecuar y modernizar las calles y el sistema de acueducto y alcantarillado de Pasto.
En esta ocasión expreso un reconocimiento de gratitud al doctor Germán Chamorro De La Rosa por su temple y carácter para llevar a efecto una obra que aunque necesaria, no recibe un reconocimiento positivo de la opinión pública.
Tengo la certeza que cuando la obra se entregue a la ciudadanía, se valorará en su real dimensión, se disfrutará y fortalecerá el comercio y el turismo. Pasto es una urbe y como tal debe modernizarse y destinar grandes recursos a la recuperación de sus calles y vías. Un ejemplo a seguir por los futuros mandatarios que frecuentemente negocian futuro por popularidad.
Además la ejecución de estas obras significa trabajo e ingresos para cientos de trabajadores y obreros de nuestra región. Unido a lo anterior se mejora la presentación de la ciudad y se produce un incremento en el valor de las propiedades. Bien vale un poco de incomodidad por un mañana tranquilo y seguro.

