ALINA CONSTANZA SILVA

Pasaportes en Nariño: un caos burocrático

Los ciudadanos de Nariño que buscan sacar o renovar su pasaporte se enfrentan a un laberinto de dificultades. La página web, una vez confiable, ahora yace inoperante, obligando a los aspirantes a una suerte de adivinanza para asegurar una cita. En plena era de la revolución industrial, se esperaría que los trámites se agilizaran, pero sacar un pasaporte se ha convertido en un proceso lleno de obstáculos.

La solución, aparentemente simple, se ha tornado en una odisea telefónica. La única opción es llamar al teléfono fijo de la oficina de pasaportes, donde se ofrece una única fecha para agendar la cita. En un mundo conectado, esta práctica anticuada deja a los ciudadanos atados de manos, preguntándose por qué, en

 lugar de facilitar, la gobernación departamental complica un trámite esencial para viajar y no ha adoptado métodos más eficientes para un trámite vital.

Curiosamente, al buscar en Google, se encuentran dos números de contacto: uno fijo y otro celular, indicando que los días lunes y martes, de 3 a 5 pm, son los momentos propicios para llamar. Sin embargo, la realidad es que la respuesta a estas llamadas está lejos de ser garantizada. La incertidumbre persiste, sumando más frustración a un proceso ya complicado.

A pesar de que las autoridades son conscientes de estos problemas, la falta de soluciones perpetúa la frustración. Desde el primer paso de obtener una cita por teléfono, los ciudadanos quedan estancados, cuestionando la eficiencia de una administración que no logra simplificar un proceso vital. ¿Por qué cargar al ciudadano con esta pesada burocracia en pleno siglo XXI? La respuesta sigue sin encontrarse, mientras los nariñenses luchan por obtener un documento que debería ser un derecho sin obstáculos en la era digital.