“No porque hagas mucho haces las cosas bien”, dijo el Papa Francisco años atrás cuando tocaron el tema del papel de la Iglesia Católica en el nuevo milenio, e incluso llego a decir que el “hacer” sin convicción ni vocación, es una simple activismo inerte.
Estas palabras me han resonado durante estos días cuando los gobernantes electos para dirigir los destinos de los nariñenses y pastusos han comenzado a hacer sus primeras acciones de empalme con miras a lo que será el cuatrienio en el cual estarán al frente de la Gobernación de Nariño y la Alcaldía de Pasto puntualmente.
Y es que es preciso comenzar a ver de quienes comienzan a rodearse para desarrollar estas acciones, porque realmente, allí están listos los manzanillos y los paracaidistas que un día son verdes, después son azules, se acuestan rojos y se despiertan con la mano en el corazón y con un sombrero en la cabeza, movidos tan solo por unas ansias desmedidas de poder.
Para nadie es un secreto, en Pasto sufrimos una de las peores alcaldías de los últimos años, solo comprable a aquella que quiso privatizar hasta el agua que consumimos en nuestros hogares, y una buena parte de la mala administración que nos tocó soportar a los pastusos fue aplaudida por los Secretarios Municipales de turno. Desde mi punto de vista, ningún secretario se salva de una pésima evaluación de desempeño, porque al igual que su jefe el Alcalde de Pasto, gobernaron de espaldas al pueblo.
Teniendo esto presente, me parece inaudito que estos mismos secretarios quieran de nuevo repetir puesto en la administración municipal, a pesar de todo el daño que le hicieron al pueblo pastuso, y sin olvidar, que en ningún momento demostraron su preferencia por quien fue elegido como Alcalde de Pasto tras los comicios del pasado 29 de octubre, es que es realmente una desfachatez que ahora, mostrándose como buenos trabajadores, desvelen su deseo de quedarse con un puesto en el nuevo gabinete de Nicolás Toro, hablando de votos que nunca aportaron y de liderazgos que ni en su propio barrio ostentan.
Por allí hay un ex secretario que se las da de comunal y que quiere darse una lavadita de rostro aprovechando cuanto evento tiene el nuevo burgomaestre pastuso para volver a recuperar injerencia en la administración municipal, afirmando que representa el sentir de los dirigentes de las comunas, cuando en el lugar en donde vive no lo pueden ver porque ante el desastre de la obra de ingreso a Pasto por el sector Sur, comió callado y nunca alzó la voz ante el abandono de esta “magna obra” que cambiaría la cara de este lugar, eso sí tenemos que reconocer la labor desarrollada por el señor Chamorro de la Rosa, cumplió lo prometido, cambio la cara de este lugar, de tener una vía, paso ahora a dejar una ruina.
Y si en la Alcaldía de Pasto llueve, en la Gobernación de Nariño no escampa, pues ya están metidas las mismas de siempre, las que vienen apoyadas por un ex gobernador que se ha visto beneficiado con los vientos del sur y que en vez de ser llamadas “chicas águila”, deberían ser llamadas “chicas rapiña”, por todo lo que han expoliado del gobierno en cualquiera de sus renglones.
Espero y aspiro a que los nuevos gobernantes saquen a estos turbios personajes de sus círculos cercanos, porque si los mantienen allí, no será como el rey Midas, que todo lo que tocaba lo convertía en oro, estos mequetrefes por el contrario, vuelven barro lo que tienen cerca.