Sofonías Rodríguez.

Palabras que curan

“Curar hablando” es una expresión que usaba una inteligente paciente de Freud. De allí que mucha gente se pregunta cómo es posible curar trastornos de la mente humana mediante conversaciones. Habrá que dimensionar que mientras unos dudan y algunos lo creen absurdo e imposible, otros ven en ello como la herramienta indicada para superar problemas.

Así es y nos queda sonando. Cómo no reconocer en la parte personal que la rutina diaria, los compromisos, el mismo trabajo y a veces las preocupaciones que son vivencias normales, aunque haya excepciones, no nos permiten detenernos para pensar en lo que representa el valor de la palabra. Y no estamos haciendo referencia de la Biblia, un libro por excelencia lleno de palabra viva.

Es aquella que en las circunstancias a que estamos expuestos los seres humanos obra de manera directa. Palabras que curan pueden ser las del médico quien por más grave que esté el enfermo siempre tendrá frases o mensajes generosos y alentadores junto con la respuesta del paciente. En realidad, no es la palabra en sí, sino la carga emocional. La que impactando puede generar cambios.

 

«Muchos ancianos y jóvenes se quejan de no tener con quien hablar de sus problemas, pero además las amas de casa que permanecen a diario realizando labores domésticas también sufren este vacío».

 

Y en el aspecto anímico, el profesional de la sicología, analizando diferentes estados y focalizando un caso individual en ese mundo de desesperación y pesimismo en todo momento, buscará sostener con el paciente un diálogo esperanzador y lleno de palabras que devuelven la confianza y las ganas de vivir. Allí es la palabra el método más adecuado para curar el alma. Curar hablando es un ejemplo de relación humana.

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A esto se suman las palabras del maestro, de ese ser maravilloso que inculca valores al tiempo que motiva a sus alumnos cuando todo parece perdido. Por eso en todos los niveles hay eterna gratitud para quienes supieron a tiempo corregir y ayudar a luchar para que el camino hacia las metas soñadas avance sin mayores obstáculos. Gran labor de una enseñanza cuyo principal instrumento es la palabra.

Muchos ancianos y jóvenes se quejan de no tener con quien hablar de sus problemas, pero además las amas de casa que permanecen a diario realizando labores domésticas también sufren este vacío.

Muy poca gente, es la que dirá no haber sentido alguna vez, la necesidad de desahogar a fondo sus tensiones. Y cuando hay oídos que escuchan, comprenden se debe sentir un alivio y un aire fresco en el espíritu.

Redondeando, concluiremos reconociendo qué tan importante es la palabra utilizada con razón y corazón en los semejantes. Eso nos mueve con seguridad a decir: Las palabras… benditas palabras que curan el alma y el cuerpo.

Por: Sofonías Rodríguez M.