La Asamblea General de la ONU aprobó este martes una resolución que exige un «alto el fuego humanitario inmediato« en la Franja de Gaza, la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes, así como «garantizar el acceso a la ayuda humanitaria», representando un veto a Washington directamente.
Esta fue aprobada con 153 votos a favor, 10 en contra (entre ellos Israel, EE.UU., la República Checa y Austria),y la abstención de 23 países. Además, la Asamblea General se negó a incluir una enmienda estadounidense que condenaba al movimiento palestino Hamás, ya que no obtuvo los dos tercios de los votos necesarios al evitar una condena al genocidio y las brutales acciones de Tel Aviv en el enclave destruido.
En el Consejo de Seguridad votaron a favor 13 miembros, incluidos China y Rusia, mientras que el Reino Unido se abstuvo y EE.UU. fue el único en oponerse.
Cabe anotar que, desde que una coalición de países occidentales liderados por Estados Unidos destruyó Yugoeslavia a fines del siglo XX, sin el visto bueno de la organización, quedó claro que el derecho internacional ya no tenía valor y la ONU era un simple encuentro de disertantes.
Luego fueron las invasiones de la Casa Blanca en Irak, la ocupación de Afganistán, el asesinato y guerra interna provocado en Libia, la destrucción de Siria por los grupos terroristas como el Estado islámico, el Maidán en Ucrania, los fracasados golpes en Bielorusia y Venezuela, entre otros actos de terrorismo de estado contra países soberanos. Ninguna fue resuelta por la Organización de Naciones Unidas.
En todos ellos ha sido un espectador y ahora, ante el genocidio de Gaza en Palestina, sólo la decisión de Joe Biden puede detener el exterminio…aunque lo propicia.
Tal vez sea la hora de crear la Organización Multipolar de Naciones (OMN) o realizar una reforma muy profunda, donde el mundo sepa que de ella emanará la paz defendida con fortaleza contra sus violadores, por sobre una institución sin poder alguno para rehacer la Humanidad.