Carlos Gallardo
El onomástico de San Juan de Pasto, celebrado en el mes de junio, es una festividad que resuena profundamente en nuestros corazones y se erige como una fecha de orgullo y celebración para toda Colombia. A pesar de la ausencia de una fecha exacta de fundación, con una referencia tentativa en el año 1537, esta festividad se ha consolidado como una oportunidad para destacar la riqueza cultural, histórica y artística de la llamada Ciudad Sorpresa.
Cada año, durante junio, San Juan de Pasto y debido a nuestro patrono San Juan Bautista, se viste de gala con una serie de actividades culturales y conciertos musicales que atraen a artistas nacionales y locales. Estas celebraciones no solo son un escaparate del talento y la creatividad pastusa, sino que también refuerzan el sentido de comunidad y pertenencia entre sus habitantes. Es un momento en el que las calles de Pasto se llenan de vida, color y alegría, invitando a todos a ser partícipes de una experiencia inolvidable.
En mi opinión, el onomástico de San Juan de Pasto es más que una festividad; es una declaración de identidad y un recordatorio del espíritu resiliente y festivo de sus gentes. Es una fecha especial para destacar todo lo que la ciudad y el municipio de Pasto representan. Desde su rica historia colonial hasta su vibrante presente, Pasto se muestra al mundo como un destino lleno de sorpresas y encantos.
La invitación está abierta para todos los habitantes de Colombia y del mundo entero a visitar San Juan de Pasto, no solo en junio, sino también en enero durante el Carnaval de Negros y Blancos, declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Este Carnaval, conocido por su singularidad y colorido, es una muestra más de la capacidad de Pasto para sorprender y encantar a quienes se aventuran a descubrirla.
En definitiva, el onomástico de San Juan de Pasto es una celebración que merece ser vivida y valorada. Es una fecha que encapsula el alma de una ciudad que, a pesar de no tener una fecha de fundación exacta, ha sabido construir su identidad a través de la cultura, la tradición y la unidad de su gente. Que viva Pasto Carajo en su onomástico y que continúe sorprendiendo al mundo con su inagotable espíritu festivo y cultural.