Por: Aníbal Arévalo Rosero
El periodista y economista Luis Carlos Vélez fue despedido de la FM por tener actuaciones que perjudican los ingresos, el buen nombre y las buenas relaciones del medio periodístico para el que trabaja por atentar con la reputación de RCN. Hace algunos días se despachó contra la realización de la Cop 16 en Cali; hablando mal de esta ciudad, del evento como tal y de Tele Pacífico, diciendo que por qué no organizan mejor un campeonato de la Champiñón League en vez de la Cop 16, justificando que si de atraer gente se trataba.
Lo que no logra entender el señor Luis Carlos Vélez es que la Cop 16 es un evento de carácter mundial, con la asistencia de 150 países, con ellos llegan cerca de veinte mandatarios del mundo o sus representantes. El evento es de trascendental importancia, ya que se trata de lo más sensible que dispone el ser humano: el medio ambiente. Pero parece que el señor Vélez junior no entiende de esos temas, por eso se vino lanza en ristre en contra de la cita mundial.
En otras palabras, es como un mundial de futbol, pero del ambiente; y buena parte del mundo le ha puesto seriedad al asunto, aunque a otros que no saben para qué tienen la cabeza, creen que solo es para ponerla sobre la almohada. Cito puntualmente: solo para eso le sirve al señor Luis Carlos Vélez; porque de mañoso no hay quien le gane. El señor Vélez debería entender que hasta el más sencillo de hombres y mujeres colombianos somos dignos, y él también debe ganarse el respeto de sus conciudadanos.
Pero ser mañoso y denigrar de sus compatriotas colombianos que no compartimos su proceder y su leguaje degradante, no le da derecho al leguaje irrespetuoso, de mal gusto, falto de ética e imponer su criterio por encima de los demás. Así no, señor Vélez delfín.
Su papá también resultó ser un patán de primera. Sí, me estoy refiriendo a su padre, o mal padre, que, en el año 2006, cuando quedó de campeón el Deportivo Pasto, se refirió a los pastusos en términos peyorativos. Eso no lo olvidamos. Su padre es un engreído de primera que le heredó a su vástago la soberbia y el desprecio por una población del sur de Colombia, que ha escrito las páginas de la historia con sangre. Entonces, ¿por qué toro y torete quieren envestir a los pastusos? ¡No hay derecho, señor Vélez ¡
Ahora, la manguala Vélez se refiere de manera peyorativa contra los caleños y a la ciudad de Cali por la realización del evento de la Cop 16 y lo hace con odio; el mismo odio que lo aprendió de su papi. ¿Es que ustedes como comunicadores no pueden enseñar el respeto y el amor por el país de la belleza? ¿Es que a ustedes como pastores invertidos solo pueden enseñar la maldad? Pobres sus cerebros que no saben tener compasión por las manos callosas del campesino, del obrero, de la empleada doméstica, de la mujer que asea la oficina donde ríen a carcajadas para celebrar tantas burlas.
Y claro, como en Colombia tenemos un gobierno democrático y popular, por mandato de sus jefes, dueños del poder económico y de los medios de desinformación (o sea el poder del poder), cogieron de moda la calumnia, la burla y el engaño para desdibujar la imagen de un gobierno ético, respetuoso de la propiedad privada y de sobrada inteligencia, como la del presidente Petro. El único extremo al que pertenece el presidente es al extremo respeto: no ha clausurado el primer medio de comunicación, ni ha censurado al primer periodista, a pesar de las injurias y calumnias que recibe de usted y de su papi, señor Vélez hijo.
Señor periodista Luis Carlos, usted era uno de los tantos que gritaba: ¡Fuera Petro! Pero el que se va primero es usted por tanta fechoría que cometió con su boca calumniadora. ¡Usted no renunció, lo despidieron por canalla!

