Víctor Rivas

¡No podemos llevarnos las botellas!

Por: Víctor Rivas Martínez.

Hace 25 años hice realidad el sueño de llevar a mis dos primeros hijos a DISNEY WORLD, para que conocieran esos maravillosos parques y pudieran recrearse y pasar unas vacaciones inolvidables.

Llegamos a Miami en compañía de dos amigos más sus dos pequeños hijos. Alquilamos una camioneta e iniciamos un recorrido que nos llevara a Orlando.

El viaje lo iniciamos a las 4:00 p.m. y debíamos llegar a las 8;00 p.m. a más tardar. Eran las 10:00 p.m. y no llegamos. Nos perdimos. Tomamos una carretera equivocada. Los niños estaban cansados y todos hambreados.

Preguntando, logramos tomar la carretera correcta y cerca de las 11 de la noche ubicamos el único restaurante que estaba en servicio. Para entrar había que pagar un solo valor y utilizar todas las instalaciones y comer todo cuanto nuestro gusto y hambre tuviera capacidad de consumir.

Cerca de las 12:00 de la noche, descansados y saciados de nuestra hambre, decidimos salir del restaurante. Uno de nuestros acompañantes dijo: por lo que pueda suceder llevemos un fiambre. Tomó pan, yogur, otros pedazos de carne y todo cuanto le alcanzó en sus manos y bolsillos. Todo lo anterior por cuanto entendíamos que podíamos coger todo cuanto pudiéramos. Sin embargo, al salir nos detuvo el vigilante y nos obligó a devolver lo que llevábamos en las manos. El no dijo: “Aquí les está permitido coger y consumir todo, pero no llevar nada

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”.

Así fue: Devolvimos todo y salimos con las manos vacías, pero totalmente satisfechos.

Así es nuestra vida: Dios nos da el privilegio de tomar y disfrutar de ella en este maravilloso restaurante. Pero no nos es permitido llevarnos nada.

Aquí podemos: Disfrutar de la naturaleza;  de la compañía de nuestros seres queridos, de nuestros amigos, padres hijos y familiares; podemos dar abrazos, besos y sonrisas,  perdonar, dejar el pasado y vivir el presente, porque la vida es corta: Podemos disfrutar de un partido de fútbol, del 3 a 0, como del dos a uno. Pero no dejarnos llevar porque perdimos 1 a cero. Tomar el mejor vino o dejar de hacerlo, pero no podemos llevarnos las botellas.