Un panorama desalentador se vive en el departamento de Nariño, en donde ha ocurrido un feminicidio más. Hasta el momento se reportan 12 crímenes en contra de mujeres; el último registrado en Ipiales, municipio fronterizo de este territorio. Es momento de que las autoridades y la institucionalidad tomen cartas en el asunto.
En el año pasado según el Observatorio Feminicidios Colombia, de la Red Feminista Antimilitarista, se presentaron 622 feminicidios, 24 de estos en Nariño, hoy 5 meses tras iniciar el 2022, ya el departamento reporta la mitad de los ocurridos en el 2021. Es por ello que la lucha contra estas acciones ocasionadas por feminicidas debe ser el pilar de los gobernantes, de la institucionalidad, de la escolarización y de todas las entidades de la sociedad, no podemos permitir que se sigan vulnerando los derechos de las mujeres y pase por desapercibido.
¡No más feminicidios!, ha sido la bandera de lucha de los movimientos femeninos en los últimos años, esto debido al incremento desorbitante de “asesinatos de mujeres por el hecho de serlo, esta acción es el final de un continuum de violencia y es la manifestación más brutal de una sociedad patriarcal”, así define el feminicidio la ONU Mujeres.
Frente a esta alarmante situación es necesario que las entidades encargadas de la investigación de estos asesinatos actúen de manera pertinente y eficaz, dándole celeridad a los procesos, ejecutando las sanciones necesarias y comprometiéndose a combatir el machismo y el sexismo que impera en el departamento, quizá si se realizan estas acciones podamos frenar de alguna manera el aumento de los feminicidios.
Es momento para que, desde nuestra cotidianidad, nuestro hogar, trabajo y cualquier espacio en el que nos movamos empecemos a cambiar esas acciones machistas y violentas en contra de la mujer, evitemos hacer chistes que discriminen, vulneren derechos o justifiquen estas acciones, quizá para algunos esto sea un poco exagerado, pero es desde ese momento en donde se empieza a normalizar esta problemática de orden social.
Por: Christian Benítez Ramírez

