Voceros cívicos del municipio de Pasto aseguran que la pandemia del Covid-19 no solo trajo muerte y pobreza, sino también inseguridad. Precisan que cada día se registran nuevos hechos delictivos de los cuales aseguraron que la comunidad es la más afectada.
Si bien es cierto el vocero comunitario Luis Quetamá precisa que los hurtos callejeros a mano armada se registran en varios puntos de la ciudad, sostuvo que los raponazos predominan en los barrios de la Comuna Diez.
De acuerdo con denuncias de varias víctimas, los atracadores que se movilizan en moto o a pie intimidan a sus víctimas con armas blancas o de fuego.
“Aunque precisa que en ese como otros sectores donde predominan los antisociales, no se deben estigmatizar esos sitios porque en ellos vive gente de bien, es indispensable que las autoridades hagan lo suyo”, dijo.
Manifestó que son varias las preocupantes experiencias que conoce de las víctimas de los atracos callejeros de las cuales recordó que hace unos días, en el barrio Las Lunas varias jóvenes que estaban en el paradero de buses fueron intimidades con cuchillos por dos hombres que iban en una moto.
Aunque sostuvo que la mayoría de casos ha tenido relación con el despojo de teléfonos celulares, bolsos y billeteras, los antisociales no discriminan a nadie. Manifestó que en el municipio de Pasto se deben mejorar los esquemas de seguridad y vigilancia para garantizar la tranquilidad ciudadana.
“Para debilitar a las bandas criminales es oportuno que la Fuerza Pública haga más presencia en las calles, avenidas, parques, zonas verdes, polideportivos y otros lugares donde frecuentemente asiste la comunidad”, manifestó.
Finalmente precisó que es indispensable que los vehículos policiales sean visibles a la comunidad. “Es decir que transiten con las luces de los rotores encendidas, eso facilita a la sociedad ubicar a la Policía en el caso de registrarse una emergencia”, precisó.