Jorge Tello

Por nuestros niños y jóvenes

En el Instituto San Juan Bosco de Pasto, los sacerdotes, Manuel Tito González, rector y José Félix Jiménez, vicerrector, establecieron que el estudiantado debía ingresar primero a la misa en su capilla y luego el profesor Luis Alberto Alvarado, hacía salir de primeros a quienes habían comulgado, para pasar al restaurante escolar a tomar el delicioso café con leche en polvo y el exquisito pan elaborado en los hornos del Seminario Mayor, en el hoy, Centro Comercial Sebastián de Belalcázar y que la Diócesis de Pasto, por intermedio de Caritas lo repartían a varias escuelas de Pasto.

Algo similar sucedió en los Internados de las Escuelas Normales de Pasto, La Unión, San Pablo, Pupiales y de la Cruz; las Concentraciones Rurales de Yacuanquer y Consacá. A donde acudían estudiantes becados, provenientes de muchas ciudades y poblaciones de Nariño y del interior del país.

Allí se les brindó el alojamiento y la alimentación, que prevaleció hasta el año 1973 en la Escuela Normal de Occidente en Pasto y su Restaurante Escolar fue administrado por el ecónomo, Don Segundo Goyes, a quien lo consideraban su padre sustituto, las muchas generaciones de Maestros Superiores. Recibiendo sus valiosas enseñanzas de cómo utilizar los cubiertos, manteles y aquellas normas de etiqueta, que les sirvió para ponerlas en práctica en sus hogares y las instituciones en donde ejercieron su profesión de Educadores.

En las últimas décadas se ha puesto en marcha el Programa de Alimentación Escolar, PAE. En la mayoría de las Instituciones Educativas de Primaria y Bachillerato, en donde nuestros niños y jóvenes, de escasos recursos económicos pueden tomar su desayuno y almuerzo, con Dietistas que les garantizan su nutrición básica, con alimentos frescos, de calidad y balanceados, para alcanzar su crecimiento, desarrollo y un buen rendimiento académico.

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Para lo cual, se diseñaron, construyeron y pusieron en funcionamiento los Restaurantes Escolares, dotados cocinas integrales, con estufas eléctricas o a gas empotradas; baterías de ollas, sartenes, pailas y cucharones para la preparación de los alimentos; vajillas, cubiertos, mesas de comedor, manteles y servilletas.

Se nombra la Junta Administradora del Restaurante para cada año lectivo, quesupervisa el buen manejo de los recursos económicos oficiales. Contratando los servicios de personal de cocina y meseros para servir los alimentos en las horas programadas; exigiendo el buen comportamiento de los estudiantes a su cargo.

Por su parte, el Veedor del Restaurante debe procurar que los alimentos entregados por las firmas comerciales que ganaron las licitaciones, cumplan con la entrega de alimentos frescos, en buen estado, con fechas de vencimiento vigentes y de óptima calidad.

Que ojalá, el Plan de Alimentación Escolar sea fortalecido e incrementado, con los Programas de los políticos que lleguen a ocupar la Gobernación de Nariño, la Asamblea Departamental; los 64 alcaldes y sus Concejos Municipales, garantizando el bienestar de nuestros niños y jóvenes, que son el presente y futuro de Colombia.