La Escuela Normal Superior de Pasto se vistió de fiesta. En medio de un ambiente vibrante, repleto de música, color y emoción, se inauguró un nuevo mural que rinde homenaje a la cultura y a la identidad nariñense. El acto fue acompañado por una presentación artística protagonizada por un grupo de niñas estudiantes, quienes con gracia y precisión llenaron el escenario de energía, talento y orgullo regional.
El evento fue mucho más que una simple inauguración: fue una verdadera celebración de las raíces. Con cada paso de baile, las jóvenes intérpretes evocaron los paisajes, los colores y las costumbres que hacen única a la región de Nariño. Al compás de melodías tradicionales, los movimientos de las bailarinas transmitieron la alegría de un pueblo que vive y respira cultura.
Destreza
Los asistentes, entre ellos padres de familia, docentes, estudiantes y artistas locales, aplaudieron de pie la destreza de las niñas, quienes demostraron que el amor por el arte y el folclor puede ser un motor poderoso para el aprendizaje y la construcción de identidad. El público también admiró la obra mural, una creación colectiva que plasma en sus trazos la historia, la diversidad y la fuerza de la comunidad educativa.
El mural, pintado por artistas locales con el apoyo de los estudiantes, representa un viaje visual por los símbolos más representativos del sur colombiano: las montañas andinas, los carnavales de Negros y Blancos, los colores vibrantes del maíz y el fuego del volcán Galeras, que vigila la ciudad como guardián de su historia.
Tradiciones
Cada detalle del mural invita a reflexionar sobre la importancia de conservar las tradiciones y valorar la riqueza cultural que caracteriza a Nariño. Para los docentes, esta obra y las presentaciones artísticas son parte de un proyecto pedagógico que busca fortalecer el sentido de pertenencia, la creatividad y el trabajo en equipo entre los estudiantes.
“Estas niñas son el reflejo de nuestra identidad. En ellas vemos el futuro de Nariño, lleno de talento, disciplina y amor por lo nuestro”, expresó una de las profesoras encargadas del grupo de danza, visiblemente emocionada al ver la entrega de sus alumnas.
Generación
La presentación no solo fue un homenaje a la cultura, sino también una oportunidad para que la comunidad educativa reafirmara su compromiso con el arte como herramienta de transformación social. En cada gesto, en cada sonrisa y en cada paso, se sintió la pasión de una generación que, a pesar de vivir en tiempos de cambio, mantiene firme la conexión con sus raíces. El acto concluyó entre aplausos, fotografías y abrazos. Las niñas fueron reconocidas por su dedicación y su impecable presentación, y el mural quedó inaugurado oficialmente, como un símbolo permanente de orgullo para toda la comunidad normalista.
