Ni la muerte los separó

La mujer falleció días después del asesinato de su hijo, el pesista metense Juan Peña.

Redacción Extra

En medio del duelo aún latente por la repentina muerte del joven pesista Juan Esteban Peña, en las últimas horas se confirmó el fallecimiento de su madre, Sandra Bolívar, una mujer que, según allegados, venía atravesando un delicado estado de salud desde el deceso de su hijo.

Impacto

La noticia ha causado un nuevo y profundo impacto en la comunidad, especialmente entre quienes siguieron de cerca la carrera deportiva de Juan Esteban y conocieron de cerca la estrecha relación que mantenía con su madre. Sandra Bolívar, originaria del Eje Cafetero, pero arraigada en Puerto Gaitán, La mujer acompañó en todo momento el proceso deportivo de su hijo, apoyándolo incondicionalmente en cada etapa de su vida, desde sus inicios hasta sus logros más importantes.

Según versiones extraoficiales, Sandra habría estado enfrentando una enfermedad de consideración, situación que se agravó emocional y físicamente tras la trágica pérdida de su hijo, ocurrida recientemente en Pereira.

Unión

Juan Esteban Peña, quien en vida se destacó como uno de los atletas más prometedores del Meta, dejó una huella imborrable en el deporte regional. Campeón nacional en levantamiento de pesas, fue un joven que se ganó el respeto y admiración no solo por su talento, sino también por su humildad, perseverancia y carácter. Su muerte temprana causó una gran conmoción en el municipio y en el entorno deportivo del país.

Versiones extraoficiales aseguran que el deportista metense encontraba trabajando como mototaxista en Pereira, buscando ingresos para solventar sus necesidades más urgentes. De acuerdo con versiones cercanas a su círculo social, Juan Esteban habría estado enfrentando una compleja situación económica en los últimos meses.

En medio de ese panorama, se habría visto obligado a vender su motocicleta y cerrar un pequeño emprendimiento que había iniciado, con el objetivo de buscar nuevas alternativas de sustento.

También algunas personas cercanas aseguraron que el joven intentó ingresar al sector petrolero, una industria con fuerte presencia en la región, pero como suele suceder con tantos jóvenes sin influencias o conexiones, no logró acceder a una oportunidad laboral.

La partida de Sandra Bolívar representa una nueva herida abierta para Puerto Gaitán, que aún no se reponía del anterior golpe. Madre e hijo, inseparables en vida, ahora descansan juntos. Su historia conjunta es recordada por muchos como un símbolo de amor incondicional, lucha constante y fortaleza frente a las pruebas de la vida.