Juan David Galviz Eraso

Ni bienes, ni riquezas

En el afán de nuestra existencia y el trasegar del día a día nos hemos olvidado que la vida pasa sin compasión alguna y nos acercamos más al día de nuestra muerte. Nos pasamos pensando todo el día en nuestras obligaciones, en los problemas de la sociedad, en las dificultades amorosas y los problemas de dinero, pero no pensamos en lo verdaderamente importante que es vivir, más allá del acto de levantarse cada día a trabajar sino en el hecho de disfrutar la vida porque no tenemos garantizado el día de mañana.

La llegada de la pandemia del Covid-19 y el sinfín de amigos y familiares que murieron tan repentina e inesperadamente nos hizo reflexionar en una verdad cruel que siempre la mencionamos, pero no le ponemos importancia y es que esta vida es un suspiro y en cualquier momento se nos puede ir de las manos. Seguramente quienes ya no caminan con nosotros y fallecieron en medio de esta pandemia tenían muchos planes por realizar y la muerte los sorprendió repentinamente y todo quedó en proyectos.

Lo cierto del caso es que con las dinámicas de la sociedad nos hemos pasado acumulando riquezas, bienes, casas, carros, entre otras cosas, pero nos hemos olvidado que lo más importante es acumular momentos, experiencias, aprendizajes y conocimientos porque eso es lo único que nos llevaremos. Nadie nos puede quitar lo bailado y es muy valioso comenzar a vivir desde el sentido de disfrutar la vida y todas sus maravillas.

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Y esto no es una mirada fatalista y apocalíptica de la vida, pero si debemos ser conscientes que no tenemos el tiempo asegurado y puede que este sea nuestro último día de vida. Por eso amigo lector lo invitó a que utilice aquella prenda de vestir que tiene guardada para un momento especial, disfrute de la presencia de sus familiares y amigos, cuando sea posible viaje y conozca nuevos lugares, aprenda cosas nuevas, pruebe aquella comida que tanto le llama la atención.

Todo lo anterior es lo único que nos llevaremos a nuestra tumba, así que sea feliz, abrace a su pareja, hijos, padres y valore la presencia de los demás que todo nos puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Sonría que a pesar de las dificultades estamos vivos y por obra del universo estamos en un planeta en donde nos falta mucha vida para disfrutar. Haga un alto en el camino y reflexione que está haciendo con su vida y si usted es feliz con ello.

Por: Juan David Galviz Eraso