Preocupa que Nariño, un departamento rico en cultura, tradiciones y recursos naturales, sigue siendo una de las regiones más afectadas por el abandono estatal; a pesar que al actual gobierno se le dio un respaldo significativo en las urnas. Aunque sus habitantes contribuyen activamente al desarrollo del país, las promesas del gobierno nacional parecen quedar solo en papel; el entonces candidato Gustavo Petro con bombos y platillos manifestaba que “Los Vientos del Sur” harían cambios importantes en el país y serian el modelo de la transformación que tanto necesitaba Colombia.
En materia de infraestructura no es el mejor indicador; la carretera que conecta Pasto con Ipiales, una de las principales arterias económicas del departamento, sigue siendo un ejemplo claro de la falta de inversión. Los constantes retrasos en su culminación en el tramo San Juan Ipiales, no solo afectan la movilidad, sino también el comercio binacional con Ecuador. La Conectividad igualmente del departamento con el interior del país simplemente quedaron en una promesa incumplida “La doble cazada Popayán – Pasto” y en las preliminares de la Variante Timbío – Estanquillo no tienen los recursos que soporten el desarrollo de los proyectos.
En materia de salud y educación las IPS de Nariño operan en condiciones difíciles, con déficit de personal médico y equipos obsoletos y deudas por parte de las EPS, la falta de entrega de medicamentos entre otros. En educación, las cifras de deserción escolar siguen siendo alarmantes, evidenciando la falta de políticas efectivas para garantizar el derecho a aprender.»
En cuanto al orden público, el tema de grupos armados ilegales está volviéndose una bomba de tiempo. A pesar de los acuerdos de La Habana, muchas comunidades campesinas de Nariño siguen atrapadas entre la violencia de grupos armados como el ELN y disidencias de las FARC dejan una falta de alternativas económicas viables. El programa de sustitución de cultivos, prometido por el gobierno, avanza a paso lento, dejando a los agricultores sin opciones reales.
En materia de desarrollo económico; esta muy relacionado con la infraestructura y el orden público; el turismo, un sector que podría fortalecerse en Nariño, con destinos como La Laguna de La Cocha , Las Lajas, volcán Galeras, Tumaco, entre otros, podría ser una fuente importante de ingresos. Sin embargo, la falta de promoción y mejora en infraestructura turística ha impedido que esta industria despegue.
Nariño no puede seguir siendo una tierra olvidada y engañada. Es hora de que el gobierno nacional cumpla sus promesas y reconozca el valor estratégico de este departamento. Solo así podremos construir un futuro próspero para todos los nariñenses y el país en general; Finalmente no es descabellado que hoy 53 alcaldes de Nariño estén haciendo reclamos justos a incumplimiento del gobierno central en la ciudad de Bogotá.
Por: Javier Recalde Martínez.