El barbacoano Libardo Rosero vuelve a obtener el galardón como mejor intérprete de marimba de chonta en el XXVI Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez.
En la vigésimo sexta versión del Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez, el maestro Libardo Rosero fue reconocido como el Mejor intérprete de marimba de chonta. Esto convierte a Barbacoas, lugar donde nació y reside Rosero, en el municipio que posee al mejor marimbero de Colombia. Esta es la segunda vez que el maestro obtiene este galardón.
Barbacoas es un municipio costero ubicado en la Subregión del Telembí en Nariño. Ahí, hace 66 años en el seno de una familia de tradición musical, nació Libardo Rosero, quien desde los 6 años empezó a tocar este instrumento característico de la población afro y que asemeja la caída de la lluvia sobre las tejas de zinc.
Estar 60 años interpretando este instrumento le ha dado la potestad de decir “me conozco la marimba hasta con los ojos cerrados”.
Gran recorrido
Con un tono de alegría y con un sentimiento de orgullo, el músico de 66 años de edad manifiesta que al recibir este premio se sintió “grandote” al estrechar las manos de grandes personalidades que reconocían su talento, entre estas la vicepresidenta del país Francia Márquez, al ser el centro de atención de los medios de comunicación.
“Me sentí grande, mejor dicho, no sabía qué hacer, hasta lloré de la emoción”, dijo.
Este personaje ha recorrido casi todo el Pacífico nariñense y diversas ciudades capitales de Colombia, interpretando este instrumento musical. Ha sido tan reconocido que, tras ganar el mismo galardón en el 2010, el alcalde de ese entonces de Barbacoas José Arnulfo Preciado como homenaje le puso su nombre a la escuela de música tradicional del municipio.
Continuar el legado
Este músico hasta el año 2017 hizo parte del conjunto Los Alegres del Telembí, desde ese año hace parte de la agrupación El Quinde, con estos grupos ha logrado ser dos veces el ganador del Petronio Álvarez y dos veces más como el mejor intérprete de marimba.
“Yo no vivo de la música”, dice Rosero, como muchos debe tener una actividad alterna que le permita mantenerse.
“Tengo un taller de mecánica, me mantengo aquí trabajando y cuando me necesitan me vienen a invitar, ensayamos y nos presentamos”.
Rosero ha participado más de 15 veces en este festival y lo seguirá haciendo porque como él dice “porque me gusta”. Eso sí, aprovecha la oportunidad para hacer un llamado a su comunidad, entendiendo que la escuela que lleva su nombre ya no funciona.
“Lo único que me queda es decirle al señor alcalde que continúe con la escuelita para sacar adelante a los niños, para que no anden en la calle haciendo daños, para que se concentren en ella y sean unos niños de bien”, expresó.

