Por: Sofonías Rodríguez M.
Resulta oportuno y coyuntural en mayo, mes de la Virgen y de la madre que en la tierra nos dio el ser, exaltar la inquebrantable devoción mariana que por encima de todo y ya de siglos como herencia de sus mayores se mantiene firme y viva en el sur de Colombia.
Sabemos que de tiempos inmemoriales, se ha conservado ese inmenso amor a María y la infaltable costumbre de rezar el Rosario en familia, así como de participar con fervor en las celebraciones con misas y procesiones donde siempre tienen como motivación céntrica, una imagen de María en las diferentes advocaciones.
Empezamos con nuestra Señora de las Mercedes, en la capital. Cuánta historia de la Virgen venerada desde principios del siglo XVll por los padres mercedarios, quienes la llamaron Patrona y Capitana celebrando su fiesta el 24 de septiembre. Actualmente hay una gran congregación que con los fieles, cada año le rinden un sentido homenaje.
En Ipiales, Nuestra Señora de Las Lajas “Un milagro de Dios en el abismo”. La hermosa imagen congrega a diario cientos de devotos no sólo de Colombia sino de otros países. Su santuario, uno de los más bellos del mundo es el atractivo principal desde comienzos del siglo pasado cuando en familia se hicieron las famosas “romerías”
«Resulta oportuno y coyuntural en mayo, mes de la Virgen y de la madre que en la tierra nos dio el ser, exaltar la inquebrantable devoción mariana que se mantiene viva en el sur de Colombia».
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En San Pablo. Desde que un seis de enero de 1.911, sucede el acto por el cual la Virgen de la Playa hace su aparición en este municipio del norte de Nariño, a donde visitan devotos de esa localidad y otras cuya devoción se traduce fácilmente en turismo religioso, entre las tranquilas aguas del rio Mayo.
Barbacoas, Nuestra Señora de la Atocha, la imagen venerada desde la fundación de este municipio nariñense ubicado en las riberas del caudaloso Telembí. Su devoción es sinigual y su fiesta en agosto de cada año reviste toda la solemnidad para los barbacoanos. En la tierra del oro, los más lujosos adornos son para la virgen.
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Ancuya desde la época de los Abades, una tribu dedicada a las labores de campo, vive en el corazón de ancuyanos y nariñenses la devoción a la milagrosa imagen de nuestra Señora de la Visitación, cuya Coronación Canónica se celebró el 2 de julio de 1.982 con la presencia del Nuncio Apostólico en Colombia, Angelo Acerbi, obispos y sacerdotes de las Diócesis de Pasto e Ipiales.
Sandoná, desde 1.908, cuando el gobierno de Francia regaló la hermosa imagen de Nuestra Señora del Rosario, trabajada en Barcelona, al pueblo católico de Sandoná, tiene metido en su corazón ese apego a la Virgen María, que se reafirma pese a la proliferación de otros credos, que la devoción mariana en el Sur, sigue más firme que nunca.