Por: Christian Benítez Ramírez
Nariño está ubicado al sur occidente de Colombia, se caracteriza por ser un departamento en donde el verde es de todos los colores, como mencionaba Aurelio Arturo en Morada al Sur; es un territorio rico en recursos naturales, con un sin número de paisajes y atractivos que admirar, pero muchos de ellos desconocidos hasta para quienes lo habitamos.
64 municipios conforman este departamento, con una gran variedad de pisos térmicos, desde el más frio hasta el más cálido; zonas de montaña, planicies y hasta costa posee este territorio. Desde el norte hasta el sur y desde el oriente al occidente encontramos atractivos turísticos, “maravillas escondidas de Nariño”, como mencionaba en alguna de mis publicaciones en Instagram tras hacer un recorrido por Aldana, Guachucal y Cumbal.
¿Qué tanto conocemos de nuestro departamento? es la pregunta que me hice tras descubrir lugares espectaculares, en estos municipios, muchos de ellos conocidos simplemente por quienes viven ahí; pregunta que la dejo para ustedes también queridos lectores, con el fin de reflexionar y hacer un llamado a apropiarnos y conocer lo que tenemos a nuestro alrededor; muchas veces nos inclinamos por elegir planes turísticos en otras regiones de Colombia o del mundo, pero casi nunca lo hacemos en nuestro territorio.
En la actualidad es constante escuchar hablar de turismo sostenible y turismo comunitario, iniciativas que permiten conocer nuevos destinos, lugares escondidos y recónditos, pero más allá de ver esta actividad como un simple impulso económico, deberíamos entenderla con un proceso de apropiación de lo nuestro, una actividad que nos permita identificar en donde vivimos, y como debemos habitarlo.
Tal es el caso de la laguna La Bolsa, un atractivo turístico poco conocido, situado entre los municipios de Cumbal
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Así como este, hay una infinidad de lugares que desconocemos, al igual que las relaciones humanas, sociales, culturales y económicas que se tejen en cada uno de ellos; por eso mi invitación el día de hoy es a que conozcamos lo nuestro, a que no simplemente vivamos en el territorio, sino que lo habitemos, es decir tener pleno conocimiento de lo que poseemos.
Este llamado también está destinado a las entidades que rigen en el departamento, para que ejecuten estrategias que permitan conocer el territorio, no solamente como una actividad económica que es fundamental, sino que lo hagan como una forma de construir ciudadanía y sentido de pertenencia, que permita posicionar a Nariño como un destino turístico, eso sí sostenible y comunitario.