La historia se repite en Nariño. Los cierres de vías debido a los derrumbes han vuelto a bloquear la circulación en la región en los dos únicos corredores como son la Via Pasto – Mojarras (Via Panamericana) y la Via Pasto – La Unión Mojarras”, dejando a miles de personas sin acceso y conectividad, problemas en los servicios básicos y provocando la pérdida de productos alimenticios, escasez de combustibles y un gran descontento entre la población.
Mientras tanto, el gobierno nacional parece más interesado en incitar a marchas y protestas en todo el país que en abordar los problemas reales que afectan a Nariño y seguramente otras regiones. La falta de inversión en infraestructura y la ineficacia en la gestión de emergencias han llevado a esta situación; el Instituto Nacional de Vías INVIAS debió haber fortalecido el trabajo de despeje con mas equipo y personal técnico; estamos hablando de una vía internacional
Los productores de la región están perdiendo millones de pesos debido a la imposibilidad de transportar sus productos a los mercados internos como la papa, la cebolla, hortalizas, leche entre otros; los alimentos se están dañando en las carreteras, mientras que las familias están sufriendo la falta de acceso a alimentos frescos.
Además, la escasez de combustibles ha generado un gran desabastecimiento en la región, afectando la economía local y la vida diaria de los ciudadanos; en medio de todo esto el aparato productivo se ve estancado; una gran paradoja cuando el “Gobierno” quiere mejorar la situación laboral de millones de colombianos; debería redoblar sus esfuerzos en apoyar a los empresarios y los esquemas actuales precisamente para proteger y generar mayores empleos.
En medio de esta situación, los gobiernos locales se encuentran en una posición difícil, tratando de encontrar soluciones a los problemas que afectan a la región, mientras que el gobierno nacional parece desentenderse de la situación de la conectividad y productividad que cada vez más va decayendo.
Pero lo que es aún más grave es que ya hay incumplimiento en la ejecución de la doble calzada Popayán-Pasto, un proyecto que había generado grandes expectativas en la región y que ahora parece estar en riesgo; simplemente otra mentira más del actual gobierno nacional.
Es hora de que el señor presidente tome medidas concretas para abordar los problemas de infraestructura en Nariño. No más promesas vacías ni discursos políticos. La región necesita acción y soluciones reales.
La pregunta es: ¿cuánto tiempo más tendrá que esperar Nariño para que se le preste la atención que merece?
Esperamos que el gobierno nacional asuma su responsabilidad y trabaje de manera efectiva para solucionar los problemas que afectan a Nariño y que su gente trabajadora, soñadora no sea engañada más.
Por: Javier Recalde Martínez.

