Luego del pliego de cargos que la Procuraduría General de la Nación en cabeza de Margarita Cabello, abrió en contra de un exdirector de la cárcel La Picota, y seis guardias del Inpec, implicados en la fuga del nariñense Juan Lárrison Castro Estupiñán, alias ‘Matamba’, en las últimas horas se sigue revelando una serie de errores y la falta de atención que se le prestó a un correo de inteligencia en la que se alertó que el abatido narcotraficante se iba a fugar.
Como se recordará Castro Estupiñán, era el cabecilla principal de la estructura denominada ‘Cordillera Sur’, aliada con el ‘Clan del Golfo’. Esta contaría con cerca de 100 hombres en armas y 50 integrantes del componente criminal focalizado, desplegados en áreas rurales de los municipios de Roberto Payán, Magüí Payán, Tumaco, en Nariño. Sobre el particular, las autoridades señalaron que en sus actividades ilegales contó con la colaboración de algunos integrantes de la fuerza pública y en ese sentido la Procuraduría General de la Nación llamó a audiencia a 6 integrantes de la Policía y el Ejército.
Es de anotar que la posterior muerte de ‘Matamba’ se debió a la intervención de una bruja, a quien este consultaba a diario, para que lo protegiera de ser capturado, mujer quien residía en la costa Pacífica de Nariño y quien huyó hacia Venezuela, una vez se produjo su captura.
Todos estos nuevos detalles se han conocido gracias a un extenso documento que fue remitido en las últimas horas al juicio que en estos momentos se realiza en contra de Milton Libardo Jiménez, el entonces director del Inpec, hoy privado de la libertad por su presunta participación en la fuga de alias Matamba.
El mencionado documento permitió establecer que el 2 de marzo de 2022, es decir, 16 días antes de la fuga de ‘Matamba’, el exdirector de la cárcel La Picota recibió un correo en el que se advirtió que por información de inteligencia allegada a organismos de seguridad del Estado se podría vulnerar la seguridad de esa cárcel, con la posible fuga de ese recluso, razón por la que era necesario extremar las medidas de seguridad para prevenirlo.
Entre las advertencias, se pidió coordinar con las autoridades de Policía y Ejército apoyo en seguridad para el perímetro externo de La Picota.
Igualmente, los guardias de vigilancia debían estar alerta en los puestos de control
También se dispuso que, para cualquier desplazamiento interno, ya sea del área de sanidad, abogados, notificadores, entre otras del PPL Juan Larrison Castro Estupiñán debía estar custodiado de cerca por unidades de custodia y vigilancia.
Nada se ejecutó
Esas y otras medidas de extrema seguridad nunca se ejecutaron, porque según ese documento de la Procuraduría, el director de La Picota de ese momento era coronel en retiro Wilmer José Valencia, y un día después de haber sido alertado de la fuga de ‘Matamba’, fue sancionado y separado del cargo por el caso de los paseos del empresario Carlos Mattos.
Por esa razón la Procuraduría archivó el proceso disciplinario por el caso ‘Matamba’ al exdirector de la Picota Wilmer José Valencia.
Por ahora, nadie es responsable por la omisión de ese correo de advertencia, que según la inteligencia y la Procuraduría, en su momento pudo evitar la fuga de ‘Matamba’.
Y mientras tanto, el juicio en contra de Milton Libardo Jiménez, el entonces inspector de la Picota, se sigue aplazando. Es la quinta ocasión que se frustra la preparatoria de juicio.
Ayer, el juez del caso ordenó investigar por qué razón los guardias del Inpec en la cárcel de Ibagué no conectaron de manera virtual al único judicializado en este proceso.
La traición de la pitonisa
La traición de la pitonisa que se comunicaba con alias Matamba, a través de internet, fue fundamental para que se lograra dar con el paradero de ‘Matamba’ en una casa ubicada en zona rural de Bolívar, Santander, según revelaron las autoridades colombianas.
De acuerdo con el general Ricardo Alarcón, director de Antinarcóticos, ‘Matamba’ se comunicaba casi a diario con la pitonisa venezolana, quien era una persona de confianza desde hace más de diez años.
“La bruja es una fuente que se trabajó con la DEA, que nos da unas informaciones puntuales y que nos permite hacer ese trabajo cartográfico tan importante para llegar a los tres puntos donde estuvo ‘Matamba’ luego de su escape de la cárcel”, reveló el general a los medios.
Esto se debía a que alias Matamba tenía como costumbre buscar “protección” por parte de la bruja, para no ser detectado por la Fuerza Pública.
De esta manera, la bruja se ganó la recompensa de 2 mil millones de pesos, que ofreció el Gobierno Nacional para quien entregara información sobre Matamba.
La relación de Matamba con esta mujer había dado buenas pistas para dar con el criminal, pero ya en territorio, era necesario encontrar exactamente en qué lugar de este municipio se encontraba, por lo que se contó con la colaboración de la DEA. Hombres de inteligencia del Grupo Élite de la Policía fueron hasta el lugar para seguir las huellas y buscar información, pues Castro había utilizado otras artimañas para camuflarse.
Según el general Alarcón, el narcotraficante también había cambiado algunos aspectos de su apariencia física para evitar ser identificado por la población civil y por los uniformados.
“Se dejó crecer la barba, se puso brackets y se colocó extensiones de pelo para distraernos. En un punto dudamos que fuera él”, enfatizó el general.
Con su ubicación clara, miembros de la Policía se dirigieron a zona rural de Bolívar donde fue dado de baja en un intercambio de disparos.
Allí, ‘Matamba’ se enfrentó con la Policía, lanzando una granada a los Comandos Jungla y luego fue abatido.

