El cine despide a una figura inolvidable
El legado de Cary-Hiroyuki Tagawa vuelve a resonar en el mundo del cine tras confirmarse su muerte a los 75 años. Su manager, Margie Weiner, informó que el actor falleció por complicaciones derivadas de un derrame cerebral. La noticia fue difundida por The Hollywood Reporter.
Weiner destacó que su vínculo con Tagawa trascendió lo profesional. “Cary era generoso, considerado y comprometido con su arte. Su pérdida es inconmensurable”, afirmó.
Una carrera marcada por personajes icónicos
Nacido en Tokio, Tagawa vivió su adolescencia en Estados Unidos. Más tarde se mudó a Los Ángeles, donde enseñó artes marciales mientras estudiaba actuación. Ese camino lo llevó a su primera gran oportunidad en 1987, con la película “El último emperador”.
La producción, dirigida por Bernardo Bertolucci, obtuvo nueve premios Óscar, incluido mejor película. Su participación abrió nuevas puertas en Hollywood.
De “Mortal Kombat” al cine contemporáneo
Su interpretación más conocida llegó en 1995 con “Mortal Kombat”, donde encarnó al hechicero Shang Tsung. Ese papel se convirtió en parte esencial del legado de Cary-Hiroyuki Tagawa y lo consolidó como uno de los villanos más memorables de los noventa.
En 2013, retomó el personaje en una serie televisiva y prestó su voz para “Mortal Kombat 11”.
El actor también participó en títulos como “El Planeta de los Simios”, “Licencia para Matar”, “Pearl Harbor”, “Memorias de una geisha” y “El Sacerdote Honorable”.
Un artista que dejó huella
Su trayectoria inspiró a nuevas generaciones de actores asiáticos en Hollywood. Para sus colegas y seguidores, Tagawa fue mucho más que un villano emblemático: fue un profesional disciplinado y un ser humano excepcional.
El cine pierde a una figura memorable, pero su legado permanecerá en cada una de sus interpretaciones.

