En las últimas horas se tiñó de luto en el departamento de Nariño tras conocerse la trágica noticia del fallecimiento de Yelisa Yarid Cortés, una adolescente de tan solo 14 años, víctima de un violento accidente de tránsito ocurrido en la vía que conecta Tumaco con Pasto, exactamente en el kilómetro 63, una zona que desde hace tiempo ha sido señalada por los habitantes como un punto crítico debido a su alta siniestralidad.
Según versiones preliminares entregadas por testigos y autoridades locales, la menor se movilizaba en una motocicleta cuando, de forma repentina, una camioneta que presuntamente circulaba a alta velocidad la embistió sin darle tiempo de reaccionar. El impacto fue de tal magnitud que Yelisa falleció en el lugar de los hechos, a pesar de los esfuerzos de algunas personas que intentaron auxiliarla.
Indignación
El dolor y la indignación no se hicieron esperar. Familiares, amigos y vecinos de la joven manifestaron su consternación ante una tragedia que, según ellos, podría haberse evitado si las autoridades hubieran tomado medidas preventivas en ese tramo de la carretera. “Ese kilómetro siempre ha sido peligroso, muchas personas han muerto ahí y nadie hace nada. Hoy fue Yelisa, mañana puede ser otro niño”, expresó una residente de la zona entre lágrimas.
Las autoridades de tránsito ya se encuentran investigando las circunstancias exactas del accidente. Se busca establecer si el conductor de la camioneta respetaba los límites de velocidad, si hubo señales de advertencia en la vía, y si la menor contaba con los elementos de protección necesarios al momento del siniestro.
Tragedia
La trágica muerte de Yelisa Yarid Cortés ha reabierto el debate sobre la seguridad vial en la región y la falta de controles efectivos. A pesar de los constantes reportes de accidentes en esa zona, los habitantes denuncian que no hay presencia policial constante, ni reductores de velocidad ni señalización adecuada que advierta a los conductores sobre el peligro del sector. Yelisa, recordada por sus profesores y amigos como una joven alegre, soñadora y llena de vida, se convierte así en una nueva víctima de la imprudencia al volante y del abandono de las vías rurales en Colombia.