En el corazón del antiguo Teatro Imperial, con más de cien años de historia, nació en 2018 un espacio donde el café se entrelaza con la memoria. Su nombre: Moneta, un proyecto que brotó del encuentro entre John Jairo Paz y Edgar Portilla, dos compañeros de especialización en gerencia de proyectos que unieron sus sueños: uno desde la gastronomía con enfoque social, y el otro desde la dignificación de la memoria del conflicto armado.
Moneta no es solo una tienda de café de especialidad. Es un refugio. Un lugar donde cada sorbo lleva consigo historias de resistencia, donde las víctimas del conflicto en Nariño tienen voz, donde la memoria se sirve caliente, con aroma a resiliencia.
John Jairo aprendió barismo desde cero, recorrió academias, estudió procesos, se dejó guiar por maestros del café, y entendió que el café no solo debía ser delicioso, sino también educativo. En Moneta, cada taza cuenta algo: sobre altitudes, variedades, procesos, sabores, y sobre todo, sobre quienes han resistido desde lo más profundo de la tierra herida.
El espacio es clásico, sí, pero la calidez humana, la música cuidadosamente elegida, el pan de masa madre horneado por Luis Caicedo, y la pasión con la que se trabaja hacen de Moneta mucho más que un café. Es un laboratorio de memoria viva, una casa donde el pasado no se olvida y el futuro se construye, taza a taza, historia a historia. Porque aquí, entre muros antiguos y corazones jóvenes, el café también sana.

