El presidente Petro indicó que “Burlarse de la decisión de 11 millones y medio de colombianos por la fuerza. Claro, cómo no va a pensar así, si terminaban aplaudiendo y ayudando al que le parecía que era igual la vida de una res, de una vaca, que la vida de un ser humano, y por tanto había que descuartizarlos. Los golpes de Estado se resisten y se vencen con la desmovilización del pueblo”.
En una entrevista del coronel retirado John Marulanda en W Radio. En ella, el antiguo director de la Asociación de Oficiales Retirados de las Fuerzas Militares de Colombia (Acore) indicó en referencia a la crisis política peruana, que allá “las reservas fueron exitosas al lograr defenestrar a un presidente corrupto”.

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Desde que Petro llegó al poder el año pasado existe el miedo de que los militares no acepten un Gobierno de cuatro años en manos de un exguerrillero, la primera vez que esto ocurre en el país. Hasta ahora, lo han aceptado. Colombia se enorgullece recurrentemente por ser la democracia más estable del continente, con Estados Unidos, y no ha tenido un golpe de Estado en décadas (si se cuenta la corta dictadura del general Rojas Pinilla en 1953).
Petro, por su lado, ha logrado mantener una relación cordial con las Fuerzas Armadas activas en estos 10 meses de Gobierno, incluso después de nombrar al renombrado investigador anticorrupción Iván Velásquez como ministro de Defensa. Pero su relación ha sido mucho menos fluida con las fuerzas retiradas.