Uno de los momentos más emocionantes que tenemos los hinchas de un equipo de fútbol, es cuando se alista la próxima temporada y empiezan a llegar nuevos jugadores, quienes tendrán la responsabilidad de vestir una prenda, para muchos, sagrada.
En estos momentos salen a relucir diferentes clases de hinchas. Unos, los catedráticos, analizan las contrataciones y casi que sentencian lo que va a suceder en el campeonato; otros, los ‘pitonisos’, critican a los nuevos fichajes, no los han visto jugar y ya vislumbran un fracaso; y aquellos, en los que me ubico, los ilusionados, no nos importa la trayectoria de quienes llegan, pero estamos seguros de que este año hay campeonato.
Lo importante aquí, y un saludo fraterno y de bienvenida a los nuevos fichajes, es que les cuenten que no llegan a un equipo de fútbol cualquiera. Que lo relevante es solo no descender y clasificar a los ocho y lo demás no importa, no señores, ustedes están en el único equipo de Colombia, incluso de Latinoamérica, que aparte de lo deportivo, es un agente que visibiliza, apropia y potencia la idiosincrasia de toda una región.
Cuando las comparaciones son humanas pueden generar cierto escozor, pero cuando sirven para comprender mejor, bienvenidas sean. Por ejemplo: Usted no ve en otras ciudades de Colombia uniendo armónicamente al equipo de fútbol con sus fiestas autóctonas, en San Pedro San Pablo no se grita, viva el Atlético Huila, en cambio, en nuestro carnaval, hasta carroza se le hace al Deportivo Pasto.
Lo anterior tiene una causa, pero será explicada en otro espacio en los próximos días. Estoy seguro de que todos los que amamos al Deportivo Pasto lo queremos ver en las mejores posiciones del campeonato. No le echen mala energía al equipo, entre todos podemos lograr un nuevo 2006 o 2019.
Por: Emilio Jiménez Santiusti.

