La empresaria Zulma Guzmán Castro permanece en el centro de una investigación liderada por la Fiscalía General de la Nación, que la señala como presunta coordinadora del envío de frambuesas contaminadas con talio, producto que habría causado la muerte de dos menores en el norte de Bogotá. El caso motivó una orden internacional de captura y la expedición de una circular roja de Interpol, mientras la acusada difundió un mensaje defendiendo su inocencia.
Según reveló Semana, el ente acusador asegura contar con evidencias y registros que vincularían a Guzmán Castro con el envío del paquete que llegó a la vivienda de las víctimas el pasado 4 de abril. La Fiscalía sostiene que el material probatorio respalda la hipótesis de una participación directa en el homicidio, lo que llevó a activar mecanismos de cooperación internacional para localizarla.
En respuesta a las imputaciones, la mujer difundió un mensaje —citado inicialmente por Semana y luego replicado en redes— en el que rechaza las acusaciones y cuestiona la forma en que se ha adelantado el proceso.
“Me acusan de haber huido a Argentina y luego a Brasil, España y UK. Los que me conocen saben que no voy a ninguna parte; estaba en Argentina desde hace más de dos años trabajando y, este año, comenzaría una maestría en periodismo. Llegué a España hace más de un mes, con escala en Brasil, y viajé a UK por mi hijo”, afirma el texto.
Guzmán Castro insiste en que nunca recibió una notificación formal sobre la investigación y califica la situación como “un chisme que está creciendo como wild fire”. Además, admite haber mantenido una “relación clandestina” con el padre de una de las niñas fallecidas, vínculo que considera determinante en las sospechas en su contra.
Las autoridades, por su parte, señalan que la empresaria salió de Colombia el 13 de abril, pocos días después de la muerte de las menores, hecho que para la Fiscalía constituye un indicio de posible evasión. Aunque Guzmán Castro afirma haber vivido en Argentina durante dos años, los registros migratorios dan cuenta de viajes recientes a España, Brasil y Reino Unido, desplazamientos que ella atribuye a compromisos familiares y académicos.
La acusada también sostiene que la exposición mediática del caso ha avanzado más rápido que cualquier posibilidad de defensa judicial. Mientras tanto, la investigación continúa su curso en medio de una creciente atención pública y con la orden internacional de captura aún vigente.

