Las festividades de Navidad en Colombia volvieron a poner en evidencia un problema persistente: las lesiones causadas por el uso de pólvora pirotécnica. Durante la noche del 24 de diciembre y la madrugada del 25, las autoridades sanitarias reportaron cientos de casos de personas quemadas y lesionadas a causa de artefactos pirotécnicos, lo que mantiene la preocupación en todo el país.
Según los reportes preliminares del sistema de vigilancia en salud, cerca de 800 personas resultaron heridas por pólvora en la noche de Navidad, con una parte importante de los afectados siendo menores de edad. Estas lesiones incluyen quemaduras, laceraciones y otros traumatismos provocados por la manipulación o la cercanía a explosiones de artefactos, y continúan acumulándose mientras los centros de salud reciben nuevos casos.
El problema no se limita a una sola región: departamentos como Antioquia, Bogotá, Norte de Santander y Cauca figuran entre los territorios con más casos reportados, aunque también se registran lesiones en Atlántico, Cundinamarca, Valle del Cauca, Nariño y otras zonas del país. En varias ciudades principales, como Medellín y Cúcuta, también se ha observado un número significativo de personas lesionadas.
Las autoridades han insistido en que, aunque hasta el momento no se han reportado fallecimientos asociados a estas lesiones en este periodo navideño, la cifra de heridos sigue siendo alarmante y representa un desafío importante para los servicios de salud y los organismos de prevención. La presencia de niños entre los lesionados amplifica aún más la preocupación, ya que muchos de estos menores estaban expuestos a la pólvora sin las debidas medidas de seguridad.
Además de las lesiones directas, se han registrado incidentes graves como incendios provocados por artefactos pirotécnicos, que han dejado a menores en unidades de cuidados intensivos y han movilizado a los equipos de emergencia para controlar situaciones de riesgo.
La temporada de uso de pólvora continúa, y las autoridades insisten en reforzar los mensajes de prevención y en alertar sobre los peligros reales que representa su manipulación, especialmente cuando involucra a niños o se realiza sin experiencia o supervisión adecuada.

