Es lamentable confirmar que el departamento de Nariño, sigue a la vanguardia en lo que tienen que ver con el asesinato de líderes y lideresas sociales, así como de los defensores de Derechos Humanos.
El más reciente episodio de esta clase se produjo en las últimas horas en zona rural de Tumaco, lo cual no es de extrañar puesto que la mayoría de los lamentables episodios de esta clase que se han registrado en esta zona sur del país, tienen como escenario la costa Pacífica de Nariño.
La triste realidad es que nuestros líderes y lideresas, se han convertido en ‘carne de cañón’ para los gestores de la violencia, representados en los grupos armados ilegales que tienen el epicentro de sus actividades delincuenciales, ese importante sector de nuestro departamento de Nariño.
Para nadie es un secreto que la costa es escenario de toda clase de actividades relacionadas con el narcotráfico y de allí que, en más de una oportunidad, el trabajo de los líderes y lideresas, se haya convertido en una piedra en el zapato para los gestores de la violencia, lo que explica el alto número de estas personas que han perdido la vida en las últimas semanas en esta zona sur del país.
«Es lamentable confirmar que el departamento de Nariño, sigue a la vanguardia en lo que tienen que ver con el asesinato de líderes y lideresas sociales, así como de los defensores de Derechos Humanos».
Sobre el particular, es de anotar que en este primer trimestre del 2023 que vive sus últimos 3 días, ya se suma con la reciente muerte de la señora Mariela Marines Gaviria, un total de 5 líderes y lideresas sociales, asesinados en el departamento de Nariño, lo que muestra con claridad, la gravedad de una situación que no es de ahora, sino que se viene presentando desde muchos atrás, en detrimento de la población costera y del progreso y desarrollo de la región.
Es de anotar que en un momento dado se llegó a pensar que bajo el nuevo Gobierno del presidente Gustavo Petro, las condiciones de seguridad iban a mejorar de manera considerable para las personas que se dedican a luchar por el bienestar de las comunidades y el progreso de sus regiones, pero dolorosamente no ha sido así y, vemos por el contrario, como sigue aumentando de manera alarmante, tanto en Nariño, como en el resto del país, el número de líderes y lideresas que han sucumbido a la violencia.
Es así, como con el asesinato en nuestro departamento de la señora Mariela Martínez Gaviria, vemos como en Nariño, en lo que, corrido del presente año, ya suman 5 asesinatos de defensores de Derechos Humanos.
Sobre el particular, nos estamos refiriendo a una situación preocupante en extremo, puesto que prácticamente arroja un promedio de 2 asesinatos por mes, lo que muestra lo delicado de la situación y la necesidad de una inmediata intervención por parte del Gobierno Nacional y de la Fuerza Pública, con el fin de hacerle frente a una situación que hace rato amenaza con salirse de las manos.
Al respecto, nos preocupa sobremanera, la proximidad de las elecciones en las que elegiremos a nuestros próximos gobernadores, alcaldes, diputados, concejales e integrantes de las juntas administradoras locales, puesto que esta serie de homicidios en detrimento de nuestros defensores de Derechos Humanos afecta la estabilidad del proceso electoral.
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Es así como también nos inquietan las declaraciones del señor registrador nacional del Estado Civil, Alexander Vega Rocha, quien afirmó de manera contundente que las graves alteraciones del orden público que se viven en numerosos departamentos del país, en un momento dado, podrían ser la causa para que las elecciones territoriales del próximo 29 de octubre, tuvieran que ser aplazadas, al no haber las suficientes garantías para los electores. Esto en defensa de nuestra Democracia, una de las más fuertes del Continente, nunca debe ocurrir.

