La líder opositora venezolana María Corina Machado, galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025, reapareció este jueves en Oslo, Noruega, luego de permanecer más de un año en la clandestinidad en Venezuela bajo amenaza de detención por parte del gobierno de Nicolás Maduro.
Machado, de 58 años, no pudo asistir a la ceremonia oficial de entrega del premio, celebrada el miércoles, debido a las dificultades y riesgos que implicó su salida de Venezuela. En su lugar, su hija Ana Corina Sosa Machado aceptó el galardón en el Ayuntamiento de Oslo en representación de su madre.
Llegada y primer encuentro público en Oslo
Horas después del acto oficial, Machado llegó a la capital noruega y realizó su primera aparición pública en más de once meses. Lo hizo desde el balcón del Grand Hotel, donde fue recibida por una multitud de venezolanos y simpatizantes que se congregaron para apoyarla. Allí saludó a los presentes, algunos de los cuales entonaron el himno nacional venezolano.
Posteriormente, se bajó de la tarima para encontrarse directamente con sus seguidores, estrechar manos y abrazar a quienes esperaban su llegada pese al frío noruego y las horas de espera.
Dificultades y contexto de su llegada
Machado había permanecido prácticamente fuera de la vida pública desde enero de este año, cuando se refugió para evitar posibles detenciones tras su participación en protestas contra el gobierno de Maduro. Su salida del país se describió como un proceso complejo y arriesgado, que incluyó embarcarse por mar hacia Curazao antes de trasladarse a Oslo.
A pesar de no poder asistir a la ceremonia oficial, el Instituto Nobel Noruego confirmó que se encontraba en camino a la capital para reunirse con su familia y participar de las actividades relacionadas con el premio.
Significado del premio y reacciones
Machado fue distinguida con el Premio Nobel de la Paz 2025 por su lucha por la democracia, los derechos humanos y la no violencia en Venezuela, un reconocimiento que desató diversas reacciones políticas dentro y fuera de su país.
La oportunidad de volver a aparecer públicamente, al margen de la ceremonia principal, representa para muchos un momento clave en su trayectoria política y un símbolo de esperanza para sectores de la oposición venezolana.

