Por: Tatiana Solarte
Tomar control sobre nuestras emociones y darnos un momento para pensar antes de actuar no es un proceso fácil, y se va aprendiendo desde niños (algunos con más éxito que otros).
Reconociendo la cantidad de cambios que ocurren durante la adolescencia, los padres se convierten en un gran apoyo para manejar sus emociones. Y es que, cuando se trata de trabajar las emociones con niños pequeños, el proceso es mucho más fácil, porque se está junto a ellos la mayor parte del tiempo y porque se tiene mucho más control sobre todas las cosas que suceden a su alrededor, pero en el caso de los adolescentes, el asunto es un poco mas complicado.
Cuando los niños se van convirtiendo en adolescentes, empiezan a vivir varias situaciones por primera vez: aprender a conducir un auto, a hacer trámites por si mismos, o a tener incluso, un primer empleo. Lo cierto, es que cada vez estarán más independientes y no tendrán a sus padres cerca para prepararles el camino. Es cierto que mucho lo tendrán que ir aprendiendo por ellos mismos, pero hay cosas en las que claramente se los puede apoyar.
Algunos consejos para ayudarles a los adolescentes a controlar sus emociones, son descritos a continuación:
Ayudarlos a reflexionar: Que se sientan escuchados y acompañados sin ser invasivos es muy valioso para ellos. Ejemplo: Hijo: Tuve una discusión con mi profesor y me salí de su clase … Papá: ¿Cómo te hizo sentir eso?¿Crees que hubieras podido manejar mejor las cosas?
Anticiparse a sus compromisos: Cuando deban realizar alguna tarea importante o tengan algún evento familiar ya acordado, es clave darles recordatorios y ayudarles a tenerlo presente, evitando que sientan la imposición. Ejemplo: Recuerda que el fin de semana es el cumpleaños de tu abuela, por favor no hagas compromisos.
Ayudarlos a reconocer y a hablar de sus emociones: Reconocer cómo se están sintiendo es una buena manera de ayudarlos a tener un mayor control sobre sus reacciones. Ejemplo: Que cancelaran el proyecto en el que participabas seguramente te hizo sentir frustrado. ¿Quieres hablar de eso?
Enseñarles a no tomarse las cosas de forma personal: Entender que, aunque pudo estar mal y se pudo salir perjudicado, lo que sucedió no llevaba la intención especifica de lastimarlos. Seguro, se volverán mucho más objetivos y podrán controlar mejor sus emociones.
Predicar con el ejemplo: Es indispensable evaluar la forma en que nosotros manejamos nuestras emociones y trabajar en ello, para darles así un buen modelo a seguir.
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Agradecer y reforzar el autocontrol: Al ver que pudo controlar sus emociones adecuadamente, no dudar en hacérselo saber. Esto le ayudará a verse como alguien capaz de controlarse y reforzará sus reacciones la próxima vez. Ejemplo: Sé que preferirías haber ido a comer con tus amigos, pero este evento es especial para mí, gracias por haberme acompañado.
El camino al autocontrol es constante. Si a nosotros como adultos nos cuesta a veces, debemos tener claro que a un adolescente le significa un reto aún mayor. Ayudarlos a recorrer el camino, manteniéndose cerca de ellos … es una tarea importante.

