Las carrozas, esas enormes estructuras que deslumbran a quienes las observan desde la multitud, no nacen en un abrir y cerrar de ojos. Los artesanos y diseñadores locales, que han heredado este oficio de generación en generación, trabajan sin descanso durante meses, ensamblando piezas, pintando detalles, y creando lo que en poco tiempo se convertirá en una obra de arte en movimiento. Son los artistas invisibles, los que permanecen tras bastidores, los que construyen la magia. La Corroza ‘Y Nos Fuimos de Fiesta’ del maestro Diego José Caicedo cautivó al público, llevando la fiesta a otro nivel con su explosión de colores y ritmos que reflejan la esencia misma del Carnaval de Negros y Blancos.

