Desde Bogotá, Luz Gómez emerge como una figura luminosa en el mundo de la moda colombiana. Hace siete años, inició su trayectoria profesional impulsada por un regalo sencillo pero poderoso: una máquina de coser que su padre le obsequió y que se convirtió en la chispa de su taller. Su historia, cargada de esfuerzo y pasión, confiesa que pasó por múltiples oficios para salir adelante —desde limpieza doméstica hasta ventas informales— mientras criaba a su pequeña hija en un entorno lleno de retos.
Hoy, su marca no solo viste a reinas que han representado al país en certámenes internacionales, sino que también lleva a escena un modelo inclusivo y con identidad: Luz fusiona el glamour con artesanías sostenibles, y reivindica lo hecho a mano en cada prenda. Su trayectoria está marcada por una filosofía clara: compartir conocimientos abre puertas, no las cierra, como siempre le enseñó su padre.
Originaria de una familia ligada al arte —su madre profesora de Bellas Artes y su abuela quien descubrió su talento—, Luz mezclaba colores, texturas y técnicas desde niña. Hoy lidera un taller que no solo produce moda, sino que también genera impacto social: da trabajo a madres cabeza de hogar, promueve empoderamiento a través de la asesoría de imagen y transforma vidas recuperando autoestima y confianza.
Con sueños ambiciosos, Luz ha expresado el deseo de trabajar con diseñadoras consagradas como Silvia Tcherassi, pero su mirada sigue puesta en sembrar posibilidades para otras mujeres. Su camino, sembrado de creatividad, resiliencia y solidaridad, la convierte en una promesa brillante del diseño nacional.

