Por: Ricardo Sarasty.
Cuando en el decir común se oye que detrás de una decisión de carácter oficial hay un torcido se entiende que el funcionario público responsable de ella obró por fuera o en contravía de la ley, se desvió o camino torcido. En el lenguaje legal se dirá que prevaricó. Decirle torcido al juez cuyos fallos no obedecen a la ley o sea no son rectos solo es calificarlo con el significado original de la palabra prevaricar que acorde a su etimología permite referirse al que camina con defecto porque sus pies al andar se separan por lo que nunca lograra mantenerse en la línea de la norma o regla o ley. Por esta razón llamarle torcido no solo al juez también al burócrata que investido con el poder de decisión lo aprovecha para otorgar contratos sin atender los términos legales de la contratación, variándolos o simplemente ignorándolos. Es chueco el burgomaestre que en un arranque de prepotencia desdeña la ley y toma determinaciones contrarias a lo establecido como legal como el nombrar funcionarios sin que cumplan con los requisitos para el cargo, otorgar beneficios a organismos o instituciones por amiguismo o en el intercambio de favores.
Se dice en los diccionarios de la lengua castellana que prevarican las autoridades o los funcionarios públicos cuya conducta se desvía de sus obligaciones de manera consienten para sacar provecho en detrimento de las instituciones. Por lo que es válido llamarle a todo aquel que comete prevaricato patizambo o retorcido que en la lengua de Cervantes también permite que se le asigne como sinónimos palabras como tortuoso, encorvado, ladeado y todas aquellas que guarden el sentido de no obedecer a lo correcto, actuar que en el ámbito de la moral se le llama perverso, deshonesto, sucio, tramposo, corrompido. Insano por lo que aquí y en cualquier otra parte amerita castigo o sanción legal, más cuando por causa de su conducta pone en peligro o grave riesgo de sufrir daños a toda una comunidad. Pues el otorgar licencias a cambio de dadivas para construcción sin que los beneficiados con el favor cumplan con toda la normatividad exigida no muestra sino como una vez levantadas las edificaciones estas sufren deterioro rápido y luego o se derrumban solas o se tiene que proceder a tumbarlas, de la misma manera que se han caído solas o se ha derribado leyes, decretos, acuerdos y todo acto legal que en su momento se dictaron para complacer al patrocinador de una campaña electoral o cumplirle al amigo con lo dispuesto en ellos.
Se tuerce el juez que dicta sentencia sin atender los pormenores exigidos por los códigos para castigar o declarar inocente a un imputado, cuando le otorga la casa por cárcel, considerando que no representan peligro para la comunidad, al condenado por violencia familiar, hurto, abuso sexual, extorción, peculado o cualquier otro delito en contra de la integridad física y moral de las personas o en detrimento de los bienes públicos. Así como se ve y se oye en las noticias de baranda o judiciales en las que ya no solo los delincuentes son los averiados morales sin que también los encargados de dictaminar los correctivos. Ahora cuando son condenados a prisión en establecimiento penitenciario allí los que prevarican o, como los bueyes en el arado, van torcidos son los encargados de garantizar que los reos cumplan con la pena, por lo que lo común es que existan presidiarios de primera clase a los cuales se les brindan todas las comodidades y hasta tengan días francos en los cuales salen a pasear con tranquilidad no solo por fuera de sus celdas sino de los muros de la prisión.
Pero en el país de los ciegos y mancos el rencor parece ser el rey.

